Entre los antiguos semitas, de los que procede el pueblo hebreo, imperaba la ley de la venganza. La ley del talión constituyó en aquellos primeros siglos del pueblo elegido un avance ético, social y jurídico. Esa ley consistía en que el castigo no podía ser mayor que el delito. Jesús, en la moral del Nuevo Testamento, da el definitivo avance. Nos manda perdonar y amar incluso a los enemigos. ¿Por qué? Porque este es el distintivo de los hijos de Dios. El Señor establece que el cristiano no tiene enemigos. Su único enemigo es el mal en sí, el pecado, pero no el pecador. El mismo Jesucristo llevó a la práctica esta doctrina con los que le crucificaron. Por eso los santos han seguido el ejemplo del Señor, como el primer mártir San Esteban. El versículo 48 resume de algún modo toda la enseñanza del Evangelio de hoy, incluidas las Bienaventuranzas.
OPINIÓN | Lucas Ramón Torres, sacerdote
Séptimo domingo de tiempo ordinario (Mt. 5, 38-48)
Eivissa19/02/17 4:00
También en Opinión
- Un mallorquín estalla por una multa tras aparcar su moto en la zona azul de Ibiza: «Es una atrocidad»
- Un ibicenco encuentra el amor en First Dates
- Los médicos apoyan el ‘multazo’ de 300.000 euros por el acto negacionista de Miguel Bosé y Josep Pàmies
- «Ibiza se nos ha ido de las manos»
- Un joven de 25 años atemoriza desde hace meses a los vecinos de es Canar
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.