San Pedro se la bendiga. Estaba el país inmerso en el apasionante mundo electoral (modo ironía activado) y subido en la nube de la seleccción cuando Pedro, antaño Pedrito, la lió parda. Si en el plano político todos están pendientes de hacia dónde vire el candidato Pedro, la paz que se respiraba en la selección fue truncada por una salida de pata del otro Pedro, más Pedrito que nunca.
El jugador que abandonó el Barcelona triunfante porque «necesitaba más minutos» en el jardín de Messi, Suárez y Neymar, incendió la concentración reclamando más protagonismo. Cuando parecía apaciguado el caso Torbe y De Gea se asentaba... ¡Zasca! ahí estaban los ¡Pedros!, que diría Penélope Cruz. En paralelo al incendio originado por el extremo canario, llegó el titular del candidato socialista. «No me siento cómodo con De Gea en la selección». Yo, tampoco, pero por motivos diferentes. Después vino el choque contra Croacia y ya sabemos como acabó. El arquero no dio pie con bola y los cuchillos ya estaban afilados antes de que el árbitro señalase el final. Los mismos que santificaron, primero, y despeñaron, después, a Casillas, volvían a elevar a los altares al guardameta de Móstoles.
A los ‘posibles' réditos políticos del caso De Gea también se sumaron Pablo Iglesias y Albert Rivera. El primero se sumó a la causa de Sánchez ya que es en la parcela socialista donde está robando los votos, mientras que el candidato de Ciudadanos apostó por la presunción de inocencia. Mariano Rajoy permanece en stand by. La derrota de la selección ante Croacia trastocó todos los planes. España jugará mañana por la tarde y no la noche de reflexión, en prime time. El anacrónico sistema español no lo permite pero, a estas alturas del circo, lo suyo sería que anoche hubiesen realizado un debate de candidatos a calzón quitado en la especialista en estas lides, Tele 5, la cadena amiga. A partir de esta noche, a quien Dios se la dé...
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