Parece mentira que un país tan rico y con un crecimiento envidiable como el de Panamá tenga un centro penitenciario como La Joya. Tiene una capacidad para unos 2.000 presos pero ya sobrepasa los 4.000. Hay internos por los suelos del gimnasio, por los suelos de las habitaciones, por los suelos del lavabo... que intentan conciliar el sueño en unas condiciones infrahumanas. Allí está el ibicenco Juan José Marí Cabrales, le pillaron con una gran cantidad de droga en su embarcación. Algunos diréis que se lo tienen merecido, probablemente sí se merece la condena impuesta, pero no las condiciones en que tiene que cumplirla. Y ya no sólo por Juan José: en La Joya hay miles de presos que tienen que vivir sin agua potable, con una asistencia sanitaria pésima y sin ningún tipo de intimidad ya que conviven unos pegados a otros. ¿Cómo se entiende que un país rico como Panamá, donde muchos españoles han ido a buscar fortuna no pueda mejorar ni aunque sea un poquito las condiciones de este penitenciario que ya ha sido protagonista de varios reportajes televisivos? Yo la única respuesta que veo es una: corrupción.
OPINIÓN| Ivonne Arañó
¿Tenemos vuelta atrás?
Eivissa30/06/15 0:00
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