El tradicional desfile militar con motivo del Día de la Fiesta Nacional coincide este año con el vigésimo aniversario de la presencia del Ejército español en misiones de paz en el extranjero de la mano de la OTAN. El Líbano es el destino más antiguo y Afganistán el más polémico tras la retirada de Irak. En Oriente Próximo están más claros los objetivos que se persiguen con la presencia de las fuerzas de la OTAN, pero en Afganistán la situación se vuelve cada vez más convulsa y ya no queda tan clara la misión de paz. La ministra de Defensa ha reconocido que la situación en el país ha llegado a un punto de inflexión que requiere no sólo una solución militar, sino también política y social, y confía en que esta demanda se haga realidad con la colaboración del Gobierno estadounidense liderado por Barack Obama. Precisamente hoy está previsto el encuentro entre Rodríguez Zapatero y el presidente de Estados Unidos en Washington, la primera vez en los años que lleva de mandato en que el presidente del Gobierno se entrevista con el presidente de la primera potencia mundial en la Casa Blanca. Nunca fue recibido por el republicano George Bush, tan amigo de José María Aznar, y las relaciones diplomáticas con EE UU quedaron deterioradas cuando el Gobierno de Rodríguez Zapatero decidió abandonar unilateralmente Irak. Pero los tiempos han cambiado y ahora el jefe del Ejecutivo será recibido por su homólogo americano en el momento más alto de la popularidad de Obama, y en el más bajo de Zapatero, que ayer fue objeto de fuertes abucheos en el desfile militar, y es seguro que en el encuentro se abordará la situación de Afganistán y la necesidad de un cambio de estrategia en ese frente. Las buenas relaciones entre Obama y Zapatero facilitan ahora el camino.