Como una imagen salida de un sueño para unos y de una pesadilla para otros, ayer tomaba posesión del nuevo Gobierno norirlandés Ian Pasley de la mano de su ahora segundo de a bordo, Martin McGuiness. A bote pronto, sin conocerlos, sus nombres nos dirán bien poco. Pero si añadimos que el primero es protestante y el segundo ex comandante del IRA, la cosa cambia. La imagen vale más que mil palabras y representa el punto final -ojalá no haya tropiezos- del proceso de paz en el Ulster después de una «guerra» a muerte entre unos y otros que ha costado cuatro mil vidas humanas y un clima de odio que parecía insuperable. De hecho, quienes ayer se daban la mano y sonreían a las cámaras, juraron en su día no parar hasta ver aniquilado al otro. ¿Qué ha cambiado en aquella parte del mundo para que esta foto sea hoy posible? Seguramente el mayor de los hartazgos por parte de la sociedad y la evolución de esa misma sociedad hasta posiciones más modernas, más universales. Pero, sobre todo, la apuesta firme que en su momento hicieron ingleses e irlandeses por el diálogo y ¿por qué no admitirlo? la negociación.
Editorial
Irlanda del Norte, el abrazo final
10/05/07 0:00
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