El pleno del Congreso admitió ayer a trámite la reforma del Estatut d'Autonomia de les Illes Balears, aprobada el 13 de junio por el Parlament balear, en un debate marcado por el sentimiento común de ser un texto que beneficia a las Islas y con duras críticas a la incoherencia del PP al presentar una reforma estatutaria que incluye puntos similares al Estatut de Catalunya, tan criticados por los «populares». Jaume Matas, presidente del Ejecutivo balear, defendió la lealtad institucional y solidaridad del texto y afirmó que «si se abre el melón, habrá melón para todos», aludiendo a la reforma catalana para defender la necesidad de presentar ahora la propuesta balear en el Congreso.

Balears se verá beneficiada con el nuevo texto estatutario, eso es lo más importante, especialmente en lo que respecta a la financiación, aunque son lógicos los reproches formulados tanto por María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta del Gobierno, como por Jordi Xuclà, diputado de CiU, hacia el Ejecutivo balear, al recordar que el PP presentó un recurso contra el texto catalán y ordenó a las comunidades «populares» paralizar cualquier reforma estatutaria, como la presentada por el Ejecutivo balear.

La representación balear presentó ayer una reforma que incluye términos como «nacionalidad histórica», el catalán como lengua propia o la creación de un Consejo de Justicia, similar en algunos puntos al recogido en la propuesta catalana. El texto, aún desconocido para muchos de los ciudadanos de Balears, mejora notablemente el autogobierno, pero no sería bueno renunciar a las aportaciones que puedan hacerse en la tramitación parlamentaria, siempre y cuando las iniciativas no tengan sesgo partidista, cuenten con un amplio consenso, no desvirtuen lo que ha aprobado la Cámara autonómica y vayan en beneficio de los ciudadanos de las Islas.