La presentación del proyecto de Presupuestos para 2006 ha confirmado la tendencia de los últimos años: el poco peso político que tienen las Islas en el conjunto del Estado a la hora de juzgarlas en función del rendimiento electoral de cada comunidad autónoma. Balears aporta pocos diputados y, como consecuencia, recibe menos inversiones de las que le corresponderían.

El Gobierno se ha vuelto a olvidar de las Islas, lo que supone una clara injusticia para una comunidad que aporta mucho más de lo que recibe. Es cierto que el proyecto de Presupuestos incluye algunas medidas positivas para las Islas, como la subida del descuento aéreo. Sin embargo, esta subvención, absolutamente necesaria para unos ciudadanos obligados a tomar un avión en sus desplazamientos, no debe traer consigo una merma en inversiones muy necesarias para las Islas.

Si el Gobierno central no está de acuerdo con financiar unas obras de carreteras a las que se opone, lo mínimo que debería hacer es destinar el dinero a otras inversiones. En las Islas no sólo se necesitan carreteras; también es necesario mejorar la red de hospitales, de escuelas, de guarderías, de centros para la tercera edad... Y es aquí donde el Gobierno tenía que haber demostrado su voluntad de ayudar a una comunidad demasiado acostumbrado a pagar y no recibir.

José Luis Rodríguez Zapatero tiene ahora la ocasión de enmendar esta injusticia. Todos los partidos políticos han mostrado su intención de presentar enmiendas para mejorar esta situación. El Gobierno central no puede desaprovechar esta ocasión para demostrar que Balears se merece un mayor número de inversiones, más allá de su peso político en el conjunto del Estado. El proyecto de Presupuestos no es bueno; esperemos que mejore.