Coincidiendo con el inicio de las vacaciones estivales de
millones de españoles, el palacio de Marivent se convirtió ayer en
escenario de un nuevo encuentro entre el Rey y el presidente del
Gobierno. Las audiencias veraniegas entre el jefe del Estado y del
Ejecutivo son algo más que visitas de cortesía, pues constituyen
una ocasión de compartir los retos que se plantean en la Moncloa
para el futuro próximo.
En la reunión de ayer se abordaron los principales asuntos de
carácter económico que pretende abordar el Gobierno de Rodríguez
Zapatero: situar la tasa de paro por dejado de la media europea,
lograr que la deuda pública no supere el cuarenta por ciento del
PIB y conseguir la convergencia con la renta per cápita europea de
aquí a la próxima legislatura.
Aunque también hubo lugar para asuntos que pueden plantear
ciertas incertidumbres como lo es el de la estabilidad del
Ejecutivo, aunque el presidente Rodríguez Zapatero se mostró
optimista con independencia de lo que pueda suceder con el Estatut
catalán y de las relaciones del PSOE con Esquerra Republicana de
Catalunya.
Y puede considerarse una buena noticia para Balears que José
Luis Rodríguez Zapatero anunciara que en noviembre tendrá lugar en
Palma la primera reunión de un grupo de alto nivel que comenzará a
desarrollar el proyecto de la Alianza de Civilizaciones, por cuanto
puede volver a situar a nuestra Comunitat Autònoma en el primer
plano de la atención internacional, aunque para ello será necesario
dotar al mismo del imprescindible contenido para que no acabe
convertido en papel mojado. También esperanzadoras fueron las
declaraciones del presidente en referencia al convenio de
carreteras con Balears que, según dijo, el Ejecutivo pretende
«retomar y reforzar». En cualquier caso, Marivent volvió a ser
ayer, un año más, centro de atención nacional e internacional con
motivo de esta audiencia que no ha defraudado las expectativas.
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