A nuestra Comunitat Autònoma le cabe el honor de ser la primera que como tal visitarán oficialmente y en profundidad desde que se unieran en matrimonio los príncipes de Asturias, y lo hacen a partir de hoy y después de dar a conocer, en la mañana de ayer, la feliz noticia del embarazo de doña Letizia, que dará a luz el próximo noviembre.

Los ciudadanos de Balears siempre han visto a la Familia Real, habituales y excepcionales vecinos ocasionales de las Islas, como algo propio que proyecta la imagen de la Comunitat al resto del mundo. Con especial cariño, además, se ve al príncipe Felipe, al que han visto crecer año tras año, desde su más tierna infancia, a lo largo de sus vacaciones estivales, en esos momentos en los que la apretada agenda de los más altos representantes del Estado les permite relajarse y acercarse un poco más a todos nosotros.

Sólo eso ya era motivo más que suficiente para prever el calor y el cariño con los que se va a recibir hoy y a lo largo de toda su visita oficial a la joven pareja. Pero a ello hay que añadir la noticia del próximo alumbramiento de un pequeño (no sabemos si será niño o niña) que ocupará el primer puesto en la línea sucesoria después del Príncipe, aunque aún hay que llevar a cabo la reforma legal que eliminará la discriminación por razones de sexo en la sucesión dinástica, algo que, ciertamente, cuenta con un amplio acuerdo político y que debe afrontarse cuanto antes para evitar situaciones complejas e innecesarias en el futuro.

Por el momento, Balears es la primera estación de don Felipe y doña Letizia después de que ayer comunicaran la noticia al presidente del Gobierno y al líder de la oposición y difundieran un comunicado. Y eso, tal como decía ayer el president del Govern, Jaume Matas, es motivo de orgullo para mallorquines, menorquines, ibicencos y formenterenses. Una vez más, nuestros más ilustres vecinos, que han querido conocernos mejor en una larga e intensa visita, han puesto nuestras Islas ante la mirada de todo el Estado y de una parte importante del mundo.