El proyecto de Ley para la Conservación de los Espacios de Relevancia Ambiental (LECO), aprobado el pasado viernes por el Consell de Govern reduce en un 68% la protección del antiguo parque natural y deja en 700 hectáreas de la costa oeste de la zona la parcela que será regulada por un nuevo Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN). Esta polémica medida, que además incluye la prohibición de la construcción de un campo de golf en la zona, no ha dejado indiferente a nadie. Por un lado, los propietarios de los terrenos de Cala d'Hort recogieron con satisfacción la noticia, ya que desde que el Pacte protegiera esta zona en forma de parque natural sentían como sus derechos habían sido vulnerados con la imposibilidad de poder construir y ahora ya podrán hacerlo en una parcela mínima de 100.000 metros cuadrados. Por otro lado, los ecologistas pitiusos han perdido una de las batallas en la que más ímpetu pusieron en los últimos años. Aun así, anuncian movilizaciones y ya preparan un viaje a Bruselas para denunciar lo que ellos consideran una gravísima irregularidad.

La historia del parque natural de Cala d'Hort viene marcada por la construcción de un campo de golf y la encarnizada lucha política que se vivió en 1999. Dos días antes de las elecciones el PP concedía a toda prisa la licencia para la construcción de un golf y tras la victoria del Pacte en aquellos comicios, la entonces consellera balear Margalida Roselló se sacaba de la chistera una ley mediante la cual se declaraba parque natural la zona y se la protegía de cualquier tipo de construcción. Cala d'Hort pasó a ser un parque que nunca funcionó como tal. Sobre la zona siempre primaron los intereses políticos sobre los ecológicos y los ciudadanos nunca supimos si realmente merecía la pena protegerlo o no. Y tras un lustro de batallas políticas al final Cala d'Hort se quedó como estaba, sin golf, sin parque y con mucho dinero y tiempo perdido que se quedó por el camino.