Han pasado seis meses desde que, todavía un poco incrédulos, los militantes y dirigentes del Partido Popular asistieron a la toma de poder de José Luis Rodríguez Zapatero al frente de un partido, el PSOE, que llevaba ocho años en la oposición sin levantar cabeza. Mucho han cambiado las cosas en estos meses y es ahora cuando el PP se enfrenta a la tarea de recolocarse, de encontrar su lugar como referente de la oposición en este país.

La principal tarea de este XV Congreso Nacional es situar a Mariano Rajoy, hasta ahora delfín del que ha sido todopoderoso José María Aznar, en la cátedra del presidente del partido, aunque continuarán en su sitio Manuel Fraga, como presidente fundador, y el propio ex presidente, que continúa en la presidencia con un cargo honorífico.

Andan revueltas las cosas en un PP al que empiezan a notársele las fisuras a consecuencia, probablemente, de la sorprendente pérdida de poder después de gozar de una mayoría absoluta incontestable. El cambio de liderato, la derrota electoral y las crisis anunciadas en Galicia y en otras regiones ponen en evidencia que el partido necesita cierto lavado de cara, necesario siempre que se produce una transición de un líder a otro.

En el mismo congreso se han evidenciado posturas diferentes, desde la de Ruiz Gallardón, autocrítica con el partido y, tal vez por eso, no muy bien valorada por la propia militancia conservadora; a la de un Àngel Acebes que en un extraño juego dialéctico afirma que el PSOE quiere conducirnos a una situación como la de 1936, referencia absurda e incomprensible en un dirigente de la derecha española. Va siendo hora de que los principales partidos de nuestro país dejen de mirar hacia ese oscuro período de nuestra historia para caminar hacia el futuro sin lastres que la sociedad no necesita ya en absoluto. Sin duda, a Mariano Rajoy le queda una ingente tarea para consolidar al PP en la oposición y para ser una alternativa válida frente al PSOE en unos futuros comicios, algo que no deja de ser necesario para el correcto funcionamiento de nuestro sistema democrático.