La decisión de enviar 1.300 soldados españoles a Irak era
previsible, al menos así lo había anunciado el Gobierno y Aznar
había reiterado hasta la saciedad que España se implicaría en las
tareas de reconstrucción del país. Y bien es verdad que el Ejército
español ha acumulado experiencia en conflictos anteriores en los
que ha tenido que intervenir en misiones de vigilancia y en tareas
humanitarias. Baste recordar los casos de Kosovo, Bosnia o su
última participación en la zona de Um Qsar, donde se montó un
hospital que atendió a un buen número de heridos y afectados por
esta última guerra.
Pero ahora no se trata sólo de eso, los soldados españoles
viajan a Irak no como cascos azules, ni como tropas europeas, sino
para integrarse en una fuerza de ocupación, en la que las bajas son
constantes y en la que se produce un constante goteo de muertes
desde que se puso fin a la contienda. Significativamente, EE UU y
el Reino Unido están registrando ahora más bajas que durante la
contienda que acabó con el régimen de Sadam.
Cierto es que la zona a la que van los efectivos españoles es
relativamente tranquila, pero no puede descartarse absolutamente
nada, más si tenemos en cuenta que también existe una importante
brecha cultural entre los ocupantes y los ocupados que puede hacer
mucho más difícil su labor.
Y además esto se produce en un momento en el que se cuestiona
todavía más la legitimidad de la intervención, una vez visto que
las pruebas de la existencia de armas de destrucción masiva no eran
tales. Por si algo faltara, a una opinión pública ya algo reacia al
traslado de soldados españoles a Irak, se le ha hurtado el debate
parlamentario que reclamaba el portavoz socialista Jesús Caldera,
lo que hubiera significado aportar algo más de luz sobre el papel
que va a desempeñar el Ejército español y sobre los peligros a los
que se va a enfrentar en unas tierras tan lejanas. La opinión
pública no entendió la presencia de Aznar en las Azores, con Bush y
Blair, y no entiende ahora este importantísimo envío de tropas.
¿Qué gana España?
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