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El anuncio el pasado lunes de la candidatura del popular Pere Palau al Consell Insular ha supuesto el pistoletazo de salida de la carrera electoral que culminará el próximo 25 de mayo 2003 con unos comicios que, a juzgar por los sondeos publicados, se presentan al menos tan igualados y competidos como los anteriores. El primero en mostrar sus cartas ha sido el Partido Popular con la apuesta del tándem Palau-Fajarnés al Consell Insular, una candidatura sorprendente y con la que el PP trata de ahuyentar viejos rencores entre ambos políticos y ofrecer así una imagen de la unidad perdida en 1999. Hablan los populares de renovación, pero ésta si llega será por detrás, porque los dos primeros de la lista son ya viejos conocidos del electorado pitiuso.

En el lado opuesto, los progresistas tampoco pierden el tiempo, y con Els Verds fuera de la coalición, los acuerdos parecen solventarse con más rápidez y sencillez que en tiempos pasados. Ya se sabe que la independiente Pilar Costa, repetirá y que EU, en la persona de Miquel Ramon, tendrá más protagonismo que en anteriores comicios, todo ello bajo la tutela del PSOE, partido que al ser el eje del Pacte debe conseguir que prevalezcan sus criterios y candidatos sobre el resto de formaciones minoritarias. De esta pugna interna saldrán los nombres que deben constituir el resto de las listas.

Pero Pacte y PP, al contrario que en 1999, no van a estar solos en esta carrera electoral. La aparación de nuevas formaciones, como el PREF, y partidos como UCP, que ya en los anteriores comicios logró más de mil votos, pueden suponer un freno en las aspiraciones populares, dado el corte conservador de éstas. Pero no sólo el PP puede verse afectado por los partidos pequeños. El Pacte tiene ahora mismo en Els Verds a uno de sus peores enemigos. Los verdes arrastran a un importante sector ecologista muy asentado en la isla y sus votos fueron muy importantes en 1999 para que los progresistas derrotara n a los populares.