El concurso de ideas para diseñar la Falca Verda de Palma ha
dado sus frutos y por el momento hay ya tres proyectos a tener en
cuenta. Se trata de una vieja aspiración de los ciudadanos de
Palma, que han considerado siempre como un atraso la escasa
disponibilidad de amplias zonas verdes urbanas. De ahí que la cuña
verde, que se extendería desde las Avenidas de Ciutat hasta la Vía
de Cintura, incluyendo el recinto del Ram, se conciba como el
segundo pulmón de Palma.
Se presenta pues una oportunidad histórica para plantear un
espacio que modifique por completo la fisonomía palmesana. Si bien
la idea data de hace casi veinte años, las dilaciones se han ido
sucediendo mientras otras ciudades mediterráneas, como Barcelona en
el 92 y Valencia, más recientemente, han ido incorporando a sus
atractivos una serie de mejoras urbanísticas que las han
diferenciado del resto. Ahora tenemos esa ocasión aquí. Convertir
Palma en una ciudad puntera del siglo XXI está en nuestras manos y
no debemos acobardarnos pensando en pequeño.
Si otros parques, como el de ses Estacions, han fracasado "al
menos en su primer fase", ha sido por no saber ofrecer a la
ciudadanía lo que ésta pide. Ya no basta colocar una fuente, dos
árboles y un columpio para satisfacer las necesidades de una
capital cosmopolita y creciente.
El deporte, la cultura, el arte, la naturaleza y toda clase de
servicios para niños y adultos son imprescindibles, así como los
enlaces con el resto de la ciudad a través del transporte
público.
Una vez conseguido la asignatura pendiente será el mantenimiento
y, por supuesto, la garantía de seguridad en una zona enorme y
alejada del centro.
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