La amenaza de una huelga de ocho días en plena temporada alta en el sector de la hostelería ha quedado disuelta. Gracias a un acuerdo alcanzado entre sindicatos y patronal para la redacción del próximo convenio colectivo, el fantasma del conflicto laboral se ha esfumado. Es una excelente noticia que pone de manifiesto que cuando todos se empeñan, con las armas de la negociación, el diálogo y la voluntad de entendimiento se puede alcanzar cualquier objetivo, por difícil que parezca. Con un acuerdo como éste todos salimos beneficiados, pues a nadie le sale a cuenta llegar a la huelga en una temporada turística que está siendo más floja de lo habitual.

En un momento como éste, la imagen de las Islas es importantísima y nada peor que un espectáculo como el de una huelga, que perjudica directísimamente a los clientes, de los que depende básicamente todo nuestro entramado económico.

Con este éxito se constata una vez más lo crucial que puede llegar a ser la capacidad de ceder de ambas partes. En vez de enconarse en una posición, lo mismo patronal que sindicatos han sabido acercar posturas hasta alcanzar una base de negociación aceptable para todos. Sólo así se ha podido llegar a la meta de la paz social sin que nadie salga perjudicado, pues los sesenta mil trabajadores adscritos al negocio de la hostelería obtendrán buena parte de lo que pedían inicialmente.

En estos momentos de debilidad económica, a nadie se le escapa que otros destinos turísticos que compiten con el nuestro "Turquía, Túnez, Yugoslavia y otras islas del Mediterráneo" pueden arrebatarnos el liderazgo si perdemos lo que hasta ahora nos ha convertido en los mejores: ofrecer calidad y tranquilidad a precios competitivos.