Hace diez años, en Jomtien (Tailandia), se celebró la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos, organizada por la ONU y el Banco Mundial. En ella se planeó una estrategia que aspiraba a lograr para el año 2000 un acceso universal a la enseñanza primaria y la reducción a la mitad de la tasa de analfabetismo en el mundo. Próxima a celebrarse "entre el 26 y el 28 del presente mes" una nueva Conferencia en el marco del Foro Mundial de la Educación, en Dakar, y pese a la intensa campaña llevada a cabo por Naciones Unidas durante los últimos diez años, no sólo no se han cumplido los objetivos fijados en Jomtien, sino que las estadísticas al respecto arrojan unas cifras realmente desoladoras. El 20% de la población mundial continúa sumida en el analfabetismo, siendo mujeres los dos tercios de esa población no escolarizada. Se han gastado cientos de millones en programas educativos "como ha reconocido el secretario general de la ONU", se han coordinado hasta cierto punto esfuerzos entre los 145 países que tuvieron representación en la anterior Conferencia, y pese a ello, dos de cada diez habitantes del planeta son hoy analfabetos. Algo que produce auténtico sonrojo en este mundo, en el que el prodigioso avance tecnológico y el extraordinario desarrollo de las economías de los países más avanzados deberían lógicamente haber erradicado el analfabetismo y la ignorancia de la faz de la Tierra. Pensemos que nos enfrentamos a un complejo problema en el que las posibles soluciones guardan una íntima relación. Así, es un hecho que sin una educación básica universal resultará muy difícil, cuando no imposible, mejorar las condiciones de las sociedades más pobres. Pensemos también a su vez que, en la actualidad, 700 millones de personas viven en los 42 países más endeudados del mundo, lo que imposibilita prácticamente su acceso a la educación. El problema de la educación es también un problema de desarrollo, por lo que está vinculado a la lucha contra la pobreza. Y sólo teniendo en cuenta esta interrelación se podrán obtener éxitos de cierta entidad en esta difícil empresa.