A veces los políticos deberían pensar muy bien lo que van a decir antes de abrir la boca para hacer declaraciones que al minuto siguiente estarán en todos los medios de comunicación del país. Y, sobre todo, deberían pararse a pensar que la ciudadanía, aunque ellos tengan la tentación de creer lo contrario, no es idiota. Semejante afirmación viene a colación del comunicado hecho público ayer por el PSOE a raíz de la conmemoración del Día del Orgullo Gay. En el documento el Partido Socialista critica al Gobierno de José María Aznar por no reconocer a las parejas de gays y lesbianas y lamenta que hoy en día sea aún objeto de burla y discriminación el hecho de ser homosexual.

Desde luego que los homosexuales deben reivindicar su derecho a una vida digna, normal, sin ningún tipo de discriminación por su orientación sexual y es de agradecer que un partido importante, como es el PSOE, se ponga de su lado y defienda esos derechos.

Pero que no nos vengan con demagogias. El Partido Socialista ha tenido la oportunidad "casi única" de permanecer durante catorce largos años al frente de este país. Cierto que ha hecho muchas cosas, algunas muy bien hechas, pero nunca podrá decir que no tuvo tiempo de atender los derechos de una minoría discriminada como es la del colectivo homosexual.

Catorce años dan para mucho. Dan para legislar, para promover conciencia social, para orientar la educación cívica y para todo lo que uno quiera. Al alcance del PSOE que ahora critica al Gobierno han estado durante mucho tiempo las mismas armas que tiene Aznar para legislar en ese sentido. Que no vengan ahora a pedirle a un partido conservador que dé los pasos que ellos no supieron "o no quisieron" dar cuando tuvieron ocasión.