El Congreso quiere aplicar una «mordaza» informativa

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Durante los últimos días se han producido varios hechos en el Congreso de los Diputados que transmiten una peligrosa deriva antidemocrática en nuestro país. Por un lado, la Mesa del Congreso, presidida por la mallorquina Francina Armengol, impidió la votación de dos enmiendas aprobadas en el Senado en una ley aparentemente intrascendente del Gobierno, un hecho muy grave que contó con el rechazo del propio letrado mayor de la cámara. Además, el Congreso prevé ahora quitar la acreditación a medios de comunicación que considera hostiles.

Nuevo reglamento

Es realmente grave que PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, Coalición Canaria y Podemos haya impulsado una modificación del reglamento del Congreso que prevé la retirada de la acreditación periodística para los reporteros que cometan infracciones leves, graves o muy graves dentro del recinto parlamentario. Una mayoría de periodistas parlamentarios dicen sentirse perturbados por el ejercicio a la información de algunos de sus colegas, en especial del conocido Vito Quiles, que con un estilo agresivo intenta sacar declaraciones de cuestiones que sus compañeros no suelen plantear.

Preguntas pertinentes

Sorprende que a determinados periodistas pueda incomodarles que un compañero le pregunte a Ábalos por las prostitutas que consiguieron un sueldo público sin ir a trabajar, por la trama Koldo o por la implicación de Armengol en el ‘caso mascarillas’. Son asuntos relevantes y las preguntas, muy pertinentes. Lo sorprendente es que no haya más periodistas que interpelen a los responsables políticos por estos supuestos malos usos del dinero público. Este ejemplo, al igual que la retirada de enmiendas aprobadas por el Senado, es muy sintomático de que España no vive su mejor momento en valores democráticos. Ya nadie recuerda aquellas pancartas de «sin periodismo no hay democracia» y de las vehementes proclamas a favor de la independencia de los medios y de la pluralidad. Hoy poco queda de eso. Por el contrario, los propios periodistas intentan amordazar a aquellos compañeros que simplemente hacen su trabajo, es cierto que con un estilo diferente, pero que se limitan a hacer preguntas pertinentes sobre cuestiones que interesan a los ciudadanos. La periodista Mamén Mendizábal decía hace poco que el «periodismo tiene que ser molesto con el poder», algo que últimamente muchos colegas han olvidado. Por el contrario, prefieren la mordaza para no incomodar al poder.