TW
0

Desde hace meses la masificación ha centrado el debate político en Balears. Las fuerzas de izquierdas intentan forzar al Govern de Prohens a tomar medidas valientes, las que sorprendentemente no se adoptaron durante los ocho años del gobierno de Armengol, con el objetivo de poner límites para al turismo. Desde el Govern han anunciado que vetará nuevos pisos turísticos y que impondrá tasas a los coches de alquiler. Para sacar adelante estas iniciativas harán falta los votos de la izquierda ya que Vox se opone.

Berlín.

La feria alemana ha sido el escenario elegido para anticipar las medidas para controlar la masificación. Precisamente en la ITB de Berlín el debate sobre la saturación turística ha sido el asunto central de todos los mensajes que ha lanzado el Govern, que ha optado por llevar a Alemania un debate que empezó hace prácticamente un año en Balears. Sin embargo, no parece que una feria sea el lugar más apropiado para debatir sobre masificación y el exceso de turistas.

Sosiego.

El turismo es un tema lo suficientemente relevante para hacer un debate con rigor y sosiego, y por desgracia ni una cosa ni otra predominan en el mundo de la política. Resulta llamativo, por ejemplo, que ahora el socialista Iago Negueruela se erija como el salvador del turismo y reclame medidas contra la masificación cuando él tuvo la oportunidad de adoptarlas durante los cuatro años que fue el máximo responsable de la Conselleria de Turismo, pero no consideró oportuno aplicarlas. Por lo tanto, sería aconsejable no dejarse llevar por la demagogia en un asunto que puede marcar el futuro de Balears. Es cierto que en algunas zonas se viven situaciones de masificación, pero no es un problema generalizado, como bien dijo hace unos días el presidente de la patronal turística de Mallorca. También es cierto que hay que tomar medidas, pero debe evitarse criminalizar al sector hotelero, que durante los durante los últimos tiempo ha hecho una gran apuesta por la modernización. El debate turístico debe hacerse desde la moderación y el sosiego para evitar cometer errores. Y, sobre todo, evitar la demagogia.