El clamor social que reclama viviendas dignas a precios asequibles ha motivado el anuncio de distintas medidas, durante estas últimas horas, por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Las propuestas responden a diferentes planteamientos y modelos distintos. Mientras el PSOE se centra en construir y blindar un gran parque de vivienda social, así como ampliar las ayudas y las penalizaciones fiscales, el Partido Popular se basa en la construcción de vivienda protegida en propiedad y la rebaja de la fiscalidad, tanto de la oferta como de la demanda. Hay iniciativas comunes, compartidas por ambos partidos, como la disposición para movilizar suelo público con amplias superficies, agilizar los trámites administrativos y reducir la burocracia para acelerar los procesos de construcción. El PSOE quiere limitar la compra de extracomunitarios no residentes y que las viviendas turísticas pasen a tributar como actividad económica, así como una reforma fiscal con bonificaciones a los propietarios que alquilen viviendas a precios asequibles.

Reacciones contrapuestas

Este plan de Sánchez ha motivado reacciones contrapuestas. PP y Vox lo reciben con indiferencia al considerar que es una ocurrencia, y con desazón lo valora Sumar, socio del PSOE en el Gobierno, que se felicitó por el cambio de discurso al abrir la idea de intervenir el mercado, aunque considera que podría haber ido más allá, en la línea de Bildu, Podemos y ERC.

Aumenta el malestar social

El malestar social por la falta de vivienda crece a medida que aumenta el precio de los alquileres, de manera que la situación se ha convertido en insostenible para muchos ciudadanos, especialmente en el conjunto de Baleares y más concretamente en Ibiza y Formentera. En este escenario es imprescindible un gran pacto social y político sobre la vivienda para evitar que se radicalice la protesta. PP y PSOE han de demostrar su capacidad de diálogo para concretar el acuerdo y no demorar las soluciones.