Este periódico informaba en su edición dominical que casi 700.000 turistas no pagaron ni un euro por alojarse durante sus vacaciones en Ibiza y Formentera el pasado año. Esta cifra supone un incremento del 16,5 por ciento respecto al año anterior. Es destacable que la mayoría de estos visitantes que no se alojaron en la oferta reglada sean españoles, según la encuesta del Ibestat. Se supone que, o bien se alojan en viviendas de amigos o familiares, o por el contrario eligen la oferta turística ilegal que aún hoy existe de manera relevante en Ibiza y Formentera.

Mucho trabajo.
Es difícil saber cuántas de estas casi 700.000 personas se alojaron en la oferta turística ilegal que prolifera en las Pitiusas, pero es de suponer que un porcentaje importante sigue utilizando canales al margen de la ley para buscar un alojamiento que, como todo el mundo sabe, ha provocado un gran desequilibrio en la oferta inmobiliaria de Ibiza y Formentera. Por lo tanto, solo cabe esperar que el Consell siga utilizando todos sus instrumentos posibles para perseguir este tipo de oferta y sancionar con dureza a los infractores. Hace tiempo que comenzó a actuarse de forma contundente del Consell d’Eivissa contra estos pisos turísticos, pero aún hace falta mucha más inspección y cerrar los inmuebles que se comercializan de manera irregular.

Vía aérea.
En pleno debate sobre la masificación, está claro que la llave para conseguir la llegada de menos visitantes a las Pitiusas se encuentra sobre todo en el aeropuerto de Ibiza. No es posible que Aena intente todos los años superar los récord de tráfico aéreo sin tener en cuenta todo el impacto que provoca en las Pitiusas. No se controlará la masificación sin una política clara de reducción sostenible del tráfico aéreo. Eso es una evidencia, pero Aena parece solo buscar el rendimiento económico del aeropuerto de Ibiza, que por otra parte es uno de los más rentables de su amplia red nacional. Con menos vuelos no estaríamos hablando de estos volúmenes de visitantes que realmente deberían ser motivo de preocupación porque aportan muy poco a la riqueza de las Pitiusas. Por lo tanto, Aena tiene la clave para poner fin a este debate que preocupa a tantos ciudadanos, especialmente en Ibiza.