El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido recurrir a los servicios de la Abogacía del Estado y presentar una querella contra el juez que instruye la causa contra su esposa, Begoña Gómez. Dicha querella fue anunciada después de que el propio Sánchez se negase a declarar ante el juez Peinado para aclarar todas las sospechas que existen sobre el tráfico de influencias que ejerció su esposa desde La Moncloa.
Medios públicos
Pedro Sánchez ha cruzado todas las líneas rojas posibles, pero cuesta entender que el presidente del Gobierno utilice incluso los medios públicos de la Abogacía del Estado en beneficio personal. La investigación a Begoña Gómez es un asunto estrictamente privado, como lo fue en su momento la causa contra Iñaki Urdangarín y la infanta Cristina, que tuvieron que contratar a sus propios abogados para defenderse durante el juicio por el ‘caso Noos'. Sin embargo, Sánchez, sin ningún tipo de pudor, considera que se trata de un asunto político y por ello recurre a juristas pagados con el dinero de los ciudadanos para atacar al juez Peinado. Sigue sorprendiendo además que Sánchez insista en que todo este asunto de su esposa se trata de un bulo de la extrema derecha y, sin embargo, no haya dado ni la más mínima explicación sobre su participación en los temas que se están investigando.
Situación límite
La política nacional está viviendo un deterioro nunca visto desde que se restauró la democracia. Es totalmente anómalo que un ministro de la Justicia ataque a un juez por investigar a la esposa de Sánchez, y que otros miembros del Gobierno se sumen a este acoso y derribo contra el magistrado filtrando incluso información personal. El respeto a la Justicia es algo imprescindible en la democracia, al igual que la separación de poderes. Y hace tiempo que Sánchez y sus ministros han roto esta norma tan elemental y están provocando una situación límite nunca vista en España, al menos por parte de un presidente del Gobierno. Sánchez tenía una gran oportunidad para explicar al juez Peinado si estaba al corriente de los negocios de su esposa, pero en lugar de hacerlo ha optado por seguir deteriorando la imagen de la Justicia de forma irresponsable y partidista. Si todo es mentira y no tiene nada que esconder, ¿a qué espera el presidente para dar explicaciones?
1 comentario
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Razones por las que este editorial está lleno de FALSEDADES y el juez Peinado es un prevaricador: 1.- La doctrina del Tribunal Supremo impide aceptar en instrucción una demanda basada en recortes de prensa: el juez Peinado la admite contra Begoña Gómez. Prevaricación 1 2.- La demanda tiene 3 patas: a Begoña Gómez le otorgan una subvención, pero resulta que era otra Begoña Gómez; Begoña Gómez ha influido en la ayuda de estado, un préstamo a Air Europa (hay quien por la pandemia quería que Air Europa se hundiera?), pero la Audiencia Provincial de Madrid dictamina que sobre esta pata no hay base para nada: la UTE integrada por el empresario Barrabés y la auditora KPMG recibió unos contratos financiados por la Unión Europea, la fiscalía del Tribunal de justicia de la UE reclama la investigación de estos contratos y se le pasa el expediente, por lo que el juez prevaricador Peinado se queda sin caso 3. Preguntado pues por la interesada de que va la causa, el juez le dice que la investiga por todos sus actos a partir que su esposo se convirtió en presidente del gobierno, con 2 cataplines, causa general prospectiva prohibida por la ley, por lo cual el juez prevarica 4. Entonces va y dictamina que va a interrogar como testigo al marido de Begoña Gómez, pero no como presidente del Gobierno, causa por la que podría haber tráfico de influencias, sino por ser su marido. La ley dictamina y el juez lo sabe, que el presidente del gobierno tiene la potestad de declarar por escrito, pero el juez quiere una foto y la ley dictamina que una persona como testigo no tiene obligación de declarar contra su cónyuge así que la declaración dura 1 minuto, pero ya tiene el show montado y el vídeo preparado para salir cualquier día en los pseudomedios fangosos de extrema derecha 5. Por tanto el presidente del gobierno tiene todos los justificantes del mundo por su cargo en querellarse por prevaricación contra el juez a través de la abogacía del estado, pero no se preocupen, ya saben que los perros no comen carne de perro, o sea, los jueces entre si no se hacen daño….