Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, estuvo esta semana pasada en Palma para asistir al homenaje a las cinco mujeres víctimas del franquismo conocidas como ‘Les Roges del Molinar’. En su agenda no figuraba reunirse con Marga Prohens, presidenta del Govern, quien había pedido formalmente verse con él. Durante su visita, el ministro de Política Territorial se despachó a gusto contra la presidenta Prohens y el Govern que dirige, llegando a compararla con Puigdemont y lanzando advertencias (o amenazas) sobre el decreto de simplificación administrativa. No es la primera vez que un ministro de Sánchez visita las Islas y desprecia a los gobernantes que las dirigen y que fueron elegidos democráticamente en las urnas. En este sentido, la ministra de Vivienda visitó en abril Ibiza con motivo del Congreso Internacional de arquitectura técnica CONTART 2024 y tampoco se reunió con el presidente Vicent Marí, quien había solicitado con tiempo la reunión para abordar la problemática de vivienda en la isla. De lo que sí tuvo tiempo la ministra Isabel Rodríguez fue de enviar públicamente, y en el marco de este congreso internacional de arquitectura técnica, un mensaje de apoyo a Pedro Sánchez. De nuevo, este lunes tendrá lugar el tercer desplante del Gobierno de Sánchez a Baleares con la visita de la ministra Elma Saiz para abordar la crisis migratoria, pero no con la presidenta Prohens.

Representantes institucionales, no activistas.

La presidenta Marga Prohens reconoció que, de la visita del ministro Ángel Víctor Torres a Palma, esperaba tratar asuntos tan importantes para las islas como el plus de insularidad para funcionarios, carreteras o bien financiación. Tras el desplante de este ministro, Prohens afirmó públicamente que los ministros son representantes institucionales, no activistas del PSOE.

Respeto institucional y decoro.

Si por algo se caracteriza el gobierno de Pedro Sánchez es por el desprecio y la bravuconería de cada uno de sus ministros, algo que se puede comprobar en prácticamente cada una de las intervenciones públicas. Tras sus cinco días sin trabajar que se tomó hace meses, Sánchez dijo públicamente que había que abandonar el «fango» y volver a la senda de la moderación y respeto institucional, algo con lo que no predica vistos los tres desplantes de tres de sus ministros al Govern balear que eligió la ciudadanía. Quizá sea por los nervios de su situación personal en relación    a su mujer o quizá una marcada estrategia política de dudosos resultados, pero debe mostrar el mismo respeto que exige él hacia sí mismo y su gobierno.