El sindicato STEI, nada sospechoso de apoyar a los partidos de centro derecha de Balears, denunciaba hace unos días que el Govern solo había podido construir uno de los seis colegios prometidos al inicio de la legislatura. El balance era desolador, pero la reacción del conseller d'Educació, Martí March, fue acusar a los ayuntamientos de Ibiza de no aportar los terrenos necesarios para construir los nuevos colegios. Finalmente se ha demostrado que solo era una manera de distraer la atención y no asumir sus responsabilidades.

Un solo colegio.

Las campañas electorales suelen convertirse en un mercado donde todos los partidos políticos, sin excepción, suelen plantear promesas que saben que son imposibles de cumplir. En el caso del actual Govern, además, se da la circunstancia de que la educación es uno de los puntos clave del gabinete de Armengol. Martí March llegaba a Ibiza esta semana pasada y para responder a STEI quiso desprestigiar la actuación de los ayuntamientos, pero el conseller erró en su estrategia.

Escuela de Idiomas.

Además de responsabilizar a los ayuntamientos de la promesa incumplida de construir seis colegios en Ibiza, Martí March achacó al Consell d'Eivissa de no contar aún con la Escuela de Idiomas. El Consell recordó a March que está pendiente del Govern para la firma del convenio, pero además conviene recordar que las competencias educativas corresponden a la Conselleria d'Educació. Martí March, sin embargo, quiso eludir sus propias responsabilidades y, lo peor de todo, no justificar el motivo por el cual prometió colegios en Ibiza que no podía construir. De un conseller se espera seriedad, pero sobre todo que no eche balones fuera. No sirve de nada un Govern que responsabilice a los demás de sus propios fracasos. Y se ha demostrado que March es un experto en este tipo de estrategia.