En la recta final de este año 2020 que tantas dificultades, muertes y problemas ha registrado por una pandemia mundial que lo ha cambiado todo, esperamos con expectación el resultado de las campañas de vacunación para contener los contagios del coronavirus. En el ámbito económico y laboral ha sido un año realmente calamitoso para las Islas Baleares por la paralización de los distintos sectores productivos, motivada primero por el confinamiento y, después, por una temporada que acabó abruptamente al no funcionar los supuestos corredores turísticos seguros, el cierre de fronteras de los países emisores y los repuntes de la infección. Todo ello ha desembocado en la segunda oleada en la que ahora estamos inmersos. La evolución de la pandemia es desigual en Baleares: Mallorca sigue en el máximo nivel de alerta por la velocidad de propagación de la Covid-19, con una gran presión sobre el conjunto del sistema sanitario, mientras Ibiza y Menorca no experimentan, por el momento, un gran incremento de contagios y Formentera retrocede debido a la expansión del virus. Las llamadas a la responsabilidad individual no son atendidas y el Govern se ha visto obligado a aumentar las sanciones en el nivel 4.
Editorial
Más recursos y ERTEs para resistir hasta la reactivación
Ibiza21/12/20 4:01
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