La quiebra de Thomas Cook ha supuesto un auténtico tsunami en el sector turístico. Miles de turistas afectados, hoteleros que no han cobrado del mayorista, plazas aéreas que se pierden de cara al futuro y, sobre todo, incertidumbre para la temporada baja. Aunque en Ibiza la declaración de insolvencia del touroperador británico no ha afectado a muchos hoteleros convendría que las administraciones públicas aprovechasen esta situación para hacer un profundo análisis sobre qué debe mejorarse de cara al futuro.

La importancia del turismo.
La quiebra de Thomas Cook nos ha hecho reflexionar durante unos días sobre la importancia que tiene el sector turístico para Ibiza y Formentera. Puede parecer una obviedad, pero se han escuchado demasiadas voces en la clase política durante estos últimos años sobre la necesidad de tomar medidas para limitar el turismo. Ése no es el camino. Y tampoco lo es cargar con impuestos la actividad turística. La ecotasa debería revisarse porque nuestros competidores no tienen un impuesto de estas características. Canarias se planteaba copiar y aplicar la ecotasa balear, pero la temporada alta se presenta tan dramática que han aparcado la idea. En Balears, en cambio, se ha duplicado en un año y ni se plantea congelarla ante el nuevo panorama turístico.

Mejor promoción.
Evidentemente, la quiebra de Thomas Cook se ha producido por una mala gestión durante años, pero sobre todo porque sus gestores no supieron analizar los nuevos retos del turismo, el peso de la contratación on line frente a las agencias físicas. Esa mala estrategia debe servir para que los políticos ibicencos analicen el futuro, que valoren que hay mercados emergentes que pueden robar turistas a las Pitiusas y sobre todo que la promoción debe ser efectiva e innovadora. No basta con acudir a las principales ferias y actuar igual que hace 20 años para vivir momentos de gloria de la clase política. Hay que apoyar a los empresarios, buscar nuevos mercados y sobre todo escuchar a los expertos. Con el turismo, como ha demostrado el cierre de Thomas Cook, no se juega.