El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha convocado a los líderes de PP, Ciudadanos y Unidas Podemos para analizar la situación política después de las elecciones generales. Es el primer paso que da el secretario general del PSOE, que ganó los comicios celebrados el domingo, para la formación del nuevo Gobierno. Pablo Casado y Albert Rivera ya han manifestado que PP y C's no apoyarán la investidura de Sánchez. En el PSOE dan por descontado el voto a favor de los diputados morados a la investidura de Sánchez, pero descartan un gobierno de coalición y ministerios gestionados por Unidas Podemos. La portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, apuesta por gobernar en solitario y con un «geometría variable». Una opción que desagrada a Unidas Podemos, cuyo apoyo es fundamental. Pablo Iglesias, que ha perdido 29 diputados, reaccionó con dureza y advirtió que «si no nos ponemos de acuerdo, no habrá mayoría en el Parlamento».

Los sindicatos se pronuncian.
Los sindicatos mayoritarios se han pronunciado a favor de un pacto con Unidas Podemos y presionan a Sánchez para que ignore a la CEOE. Por su parte, esta patronal insta a PP y Ciudadanos a abstenerse para que «dejen gobernar a Sánchez, que es quien ha ganado las elecciones, como ya hizo el PSOE en su día con Rajoy». Una petición que ha irritado a Albert Rivera, quien afirma que «han votado los españoles, no la CEOE o un banco»; y a Pablo Iglesias, molesto porque «la primera decisión de Sánchez consiste en responder a las presiones de la CEOE y Banco Santander».

Acción de gobierno y Presupuestos.
La clave reside no tanto en la composición del Gobierno sino en los apoyos parlamentarios que garanticen la aprobación de los Presupuestos. El PSOE no puede seguir en La Moncloa con las cuentas prorrogadas de 2018 que aprobó Rajoy. Sánchez convocó las elecciones generales al ser rechazado su proyecto de Presupuestos. El desenlace del 28-A exige pacto.