De la sensación que el gobierno del Consell de Formentera no ha aprendido la lección. Ahora es el interventor de la institución el que ha planteado “objeciones de legalidad” ante distintas facturas abonadas durante el año 2016. Concretamente, el gobierno ha sido acusado de incumplir la ley (lo dice un funcionario municipal) con el pago de las fiestas de Sant Jaume y con el estudio de amarres y fondeos en s'Estany de Peix. En ambos casos se han pagado más de 18.000 euros y, por lo tanto, previsiblemente se ha incumplido la Ley de Contratos. Se calcula que el fraccionamiento de facturas supera los 129.000 euros.

Transparencia.
Pareciera que el Consell de Formentera vive su propia realidad. Ninguna de las irregularidades que pueden denunciarse afectan al gobierno. Si se dice que el Consell ha contratado al cuñado del gerente, la culpa es de la prensa por desvelarlo. Si por el contrario se informa de una querella de un bombero afectado por unas oposiciones amañadas, la culpa es del propio denunciante por pretender cobrar sin trabajar. Afortunadamente para el gobierno que preside Jaume Ferrer sólo este periódico informa sobre estas anomalías, pero no nos importa porque cumplimos con nuestro deber de informar. Lo más lamentable es que una vez más, desde la institución insular que gobierna con mayoría absoluta Gent per Formentera, no se hace ninguna valoración ni se ofrece explicación alguna a otro capítulo de irregularidades. Inaudito.

El precedente.
Y decimos que da la sensación de que el gobierno del Consell de Formentera no ha aprendido la lección después de lo ocurrido con el ‘gurú' electoral de Més per Mallorca, Jaume Garau, con denuncias por exactamente lo mismo: fraccionamiento de facturas. Recordemos que hay varias personas imputadas por esta causa, pero en Formentera, como siempre, no pasa nada. Se busca un enemigo exterior para blindarse ante todas las críticas. El Consell de Formentera se sitúa al margen de la ley conscientemente en demasiadas ocasiones, sin que eso hasta ahora tenga consecuencias para los responsables políticos. Esto explica las habituales visitas a los juzgados de Jaume Ferrer y otros políticos de Formentera. Pero quien juega con fuego, se acaba quemando.