Desde hace mucho tiempo parte de la clase política ha decidido que hay que desprestigiar la Constitución aprobada en 1978. Consideran que ya no es útil para la sociedad española, que hay que cambiarla, que debe modernizarse e, incluso, hay algunos que la vinculan al franquismo. Todas las opiniones son libres, pero no se puede desprestigiar una Constitución que ha permitido disfrutar de la etapa democrática de la historia de España. La Constitución, no lo olvidemos, fue concebida en momentos delicados para el país, tras años de dictadura, y con muchas heridas aún sin cerrar. Sin embargo, los redactores de la Constitución supieron plantear un texto que, con carencias, ha dado respuesta a los problemas de la sociedad española en los últimos 39 años.

Modernizar el Estado. Uno de los aspectos más importantes que debería analizarse en la futura reforma de la Constitución es, sin duda, la modernización de las instituciones. Entre algunas propuestas que deberían revisarse es el papel del Senado. ¿Tiene actualmente el protagonismo que se merece la Cámara Alta o podría incluso discutirse su disolución? Lamentablemente parece poco probable que la clase política aborde este debate porque, no olvidemos, el Senado permite colocar a muchos políticos que se encuentran en el ocaso de su carrera.

Las autonomías. Decía el otro día el alcalde de Vila, Rafa Ruiz, que la Constitución no fue votada por la mayoría de los ciudadanos españoles. Es cierto, pero no por eso deja de ser útil. La Constitución de Estados Unidos fue ratificada en 1788 y es inconcebible que los norteamericanos la desprestigien como se hace en España con la Carta Magna. La propuesta de la España federal, por ejemplo, es un elemento que ha planteado muchas discusiones. Los socialistas lo venden como bandera de la futura reforma. Sin embargo, muchos expertos aseguran que una España federal no sería muy diferente a la España de las autonomías. Tampoco puede abordarse esta propuesta como una solución al conflicto catalán, que se ha producido más por la irresponsabilidad de los políticos que por culpa de la Constitución. Reforma de la Constitución sí, pero con consenso y mucho debate. De lo contrario, que se quede como está.