Hace ya ocho días que este periódico desveló que se habían metido en un cajón dos multas que correspondían al teniente de alcalde de Sant Antoni, Pablo Valdés, que habían sido impuestas por la Policía Local del municipio. Desde entonces el silencio, la opacidad y la falta de transparencia ha marcado la actuación del Ayuntamiento. El alcalde de Sant Antoni, Pep Tur ‘Cires’, ha anunciado una investigación, mientras el sancionado, Pablo Valdés, ha decidido pasar por caja y pagar las dos sanciones que, como desveló este periódico, quedaron en un cajón sin que se sepa aún quién dio la orden de beneficiar al edil portmanyí.

Dar ejemplo. Cuando este periódico tuvo constancia de que se habían apartado las dos multas de Valdés se puso en contacto con una portavoz del Ayuntamiento de Sant Antoni. La respuesta fue que cuando le notificasen las sanciones las abonaría. Fue la primera de las respuestas desafortunadas ya que las multas quedaron notificadas en el mismo momento que se firmaron. De hecho, es contradictorio que Valdés pudiese pagar unas multas que, según el gobierno municipal, no habían sido notificadas. Primera mentira para confundir a los ciudadanos.

Investigar hasta el final. Da la sensación de que el Ayuntamiento de Sant Antoni intenta que con el tiempo se olvide este lamentable episodio, que ha provocado indignación entre los vecinos del municipio, como se ha podido ver en las redes sociales. Los políticos deben dar ejemplo y no es posible que el Ayuntamiento mantenga esta política de falta de transparencia tan clara, intentando confundir a los ciudadanos para tapar las vergüenzas de un teniente de alcalde cuya gestión está marcada por la polémica. Es lamentable que aún hoy, una semana después, Valdés aún no haya dado una versión convincente del incidente. En cualquier democracia normal Valdés ya habría dimitido. Aquí, en cambio, sigue en su cargo y sin dar explicaciones. Vergonzoso.