Eivissa16/05/17 4:00
El debate entre Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López ha evidenciado la honda división del PSOE, una histórica organización repleta hoy día de cicatrices y heridas. Siempre es sano el debate interno y el voto de las bases. Pero en esta ocasión les será muy difícil coser y aunar voluntades tras la elección del nuevo líder. El alud de reproches que se lanzaron ayer Díaz y Sánchez fue de enorme calado. Tanto que para no pocos espectadores neutrales el vencedor fue un pactista López que pidió calma entre tanta visceralidad. Pero sólo vota la militancia, gente acostumbrada a situaciones tensas que no se deja influenciar por actitudes buenistas y apaciguadoras.
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