A escasos dos meses del inicio de temporada, el Ayuntamiento de Sant Josep asume que no puede hacer nada para quitarle las concesiones de playa al empresario Mahy Marrero, que está cumpliendo una pena de ocho años de cárcel y tiene impuesta una multa de 21,5 millones por un delito de narcotráfico. Marrero era el propietario en Canarias de un velero en el que una banda de narcotraficantes transportó en 2004 un total 494 kilos de cocaína. Josep Marí Ribas reconoció ayer estar preocupado por la situación del narco canario, que debe gestionar concesiones en varias playas josepinas este verano por segundo año consecutivo. Agustinet asume, además, que no han encontrado la fórmula para evitar que Marrero gestione las playas y reconoce que la única manera es que no cumpla el contrato, algo en lo que confía.

Evitable. La polémica saltó el 12 de abril del año pasado cuando PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA publicó en exclusiva que un empresario canario que estaba siendo juzgado por narcotráfico iba a participar en la subasta de lotes de playa de Sant Josep. El Consistorio empleó el año pasado el método de la subasta por primera vez y Marrero la reventó elevando de manera desorbitada el precio de las concesiones hasta el punto de que se subastó un lote de una silla y una mesa en platges de Comte que alcanzó los 8.000 euros. Marrero participó en esta subasta como administrador único de cinco empresas y finalmente consiguió la gestión de ocho concesiones en Cala Carbó, Cala Tarida, Cala Bassa, Cala d'Hort, lotes que este verano quedan en el aire a la espera de comprobar si el empresario cumple con las condiciones. El Ayuntamiento, gracias a este empresario y a la subasta, ingresó 4,6 millones por los lotes de playa, cifra que volverá a ingresar este año.

Error. Tras la polémica del año pasado, el alcalde de Sant Josep defendió el método de adjudicación y aseguró que no iba a pedir perdón por aprovecharse del turismo de lujo. La realidad es que, un año más tarde, los lotes de las playas adjudicadas al narco canario están en el aire a las puertas de la temporada turística. A esto hay que sumar el daño a la imagen de Ibiza, pues la polémica saltó a los medios nacionales, y el malestar de los pequeños empresarios a quienes el empresario canario arrebató las concesiones. ¿Seguirá Sant Josep defendiendo el método de la subasta en 2018? ¿O se dará cuenta del error?