En España, la gastronomía es una parte esencial de su cultura y estilo de vida. Sin embargo, recientes estudios y recomendaciones de oncólogos han puesto de manifiesto la necesidad de reconsiderar algunos de los alimentos más populares en la dieta española e intentar evitarlos. Estos expertos advierten sobre cinco alimentos específicos que podrían aumentar el riesgo de desarrollar cáncer.
1. Bebidas alcohólicas
El más peligroso de todos son las bebidas alcohólicas. Según el Ministerio de Sanidad el alcohol está relacionado con hasta siete tipos de cáncer: cavidad oral, faringe, laringe, esófago, mama en mujeres, hígado y colorrectal. Por esta razón, cada vez más médicos recomiendan evitar por completo estas sustancias, ni siquiera una copa de vino al día.
2. La carne roja
Aunque la carne procesada tiene una conexión más directa con el cáncer, la carne roja también presenta riesgos. Los expertos limitan su consumo debido a posibles vínculos con cánceres de colon, próstata y páncreas, y por su relación con enfermedades cardiovasculares.
3. Los ultraprocesados
Los ultraprocesados, incluyendo cereales azucarados y bollería, han transformado la alimentación globalmente, favoreciendo la obesidad y la diabetes. Estos productos, aunque atractivos por su sabor y conveniencia, representan una amenaza significativa para la salud.
4. Refrescos azucarados
Los refrescos azucarados, omnipresentes en la vida social y cotidiana, contribuyen a la obesidad y al desarrollo de la diabetes tipo 2. Al igual que los ultraprocesados y el pan blanco, su alto índice glucémico los relaciona con un mayor riesgo de cáncer.
5. Comida quemada
La comida quemada, aunque apreciada por su sabor, contiene compuestos carcinógenos como las aminas aromáticas heterocíclicas y los hidrocarburos aromáticos policíclicos. Oncólogos advierten que incluso alimentos saludables pueden volverse perjudiciales si se queman en exceso.
Los oncólogos aconsejan una dieta balanceada y moderada, enfatizando la importancia de los alimentos frescos y naturales. La reducción en el consumo de los alimentos mencionados podría no solo disminuir el riesgo de cáncer, sino también mejorar la salud general de la población. Este llamado de atención sobre la dieta habitual en España abre un debate importante sobre la necesidad de un cambio cultural en términos de alimentación. La adopción de hábitos alimenticios más saludables podría ser un paso crucial para mejorar la salud pública y reducir la incidencia de enfermedades graves como el cáncer.
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