Dormir ocho horas, llevar una dieta saludable y hacer ejercicio son los tres puntos básicos para llevar una vida saludables, pero no son los únicos que nos ayudan a llegar a los 100 años. Ayudan, pero no aseguran esa longevidad tan deseada para algunos.

«Algunas personas tienen la idea de que si hacen dieta y ejercicio pueden vivir 150 años y en realidad eso no es cierto», explica Robert Young, director del equipo de investigadores sobre geriatría de la organización sin fines de lucro Gerontology Research Group.

Los genes juegan un papel clave en este hecho, pues el 25% de la capacidad para llegar a los 90 está determinado por ellos.

Buena genética para la vida longeva

Thomas Perls, profesor de medicina de Boston University, ha liderado un extenso estudio con el objetivo de descubrir el secreto para vivir 100 años. Desde 1995 este profesor ha seguido un grupo de 800 centenarios y familiares, y ha descubierto que un 50% de los que llegan a los 100 es gracias a su genética, mientras que los que llegan 106 años, el porcentaje asciende a 75%.

La importancia de estos patrones se explica porque se han encontrado combinaciones de genes presentes en los centenarios y se asocia a la longevidad. Por ejemplo, la genética llamada apolipoproteína E gen o e2. Esta variante protege del Alzheimer. Al ser cuestiones hereditarias, lo mejor es observar los patrones familiares y ver si alguno ha superado los 90 o 100, ya que hay probabilidades de que puedas tener una vida longeva en caso afirmativo.

Aun así, hace una década solo había 65 mil centenarios y ahora hay 109 mil en Estados Unidos. Se estima que solo un 20% de la población tiene esta genética. Además, los avances con el cuidado de los mayores han ayudado a que las personas vivan un siglo. Las actuales investigaciones intentan desarrollar medicinas para vivir más tiempo.

Buenos hábitos de las personas centenarias

Aunque la genética es importante, la buena salud física y mental también es importante. La doctora Claudia Kawas, que dirige una investigación sobre personas que llegan a los 90 años o más en Universidad de California, ha encontrado relación entre los buenos hábitos y la longevidad.

Asistir a eventos sociales, hacer deporte, reducir el consumo de alcohol y cafeína, son algunas de las claves que siguen los centenarios. Cabe destacar, que aquellos que se relacionan de forma cálida y confiada tienen vínculos más sanos que ayudan a mantenerse mejor. Sin ir más lejos, ser optimista y aprender a manejar el estrés son claves para llevar una vida longeva.