La colaboración frustrada de un 'influencer' con un restaurante. | Pixabay

Las redes sociales forman parte del día a día de cualquier persona que tenga acceso a algún dispositivo móvil, ya sea un ordenador, una tablet o un smartphone. A través de ellas, sus usuarios pueden estar en contacto con sus amigos o familiares, publicar prácticamente cualquier tipo de contenido, conocer a gente nueva, consumir productos y, con esto, consumir también el contenido de los conocidos como influencers, que terminan siendo el escaparte de todo tipo de marcas.

De esta manera, los creadores de contenido utilizan su perfil de la red social que sea para tratar de vender un producto a sus seguidores, los métodos para conseguir esto pueden ser muy diversos pero lo que está claro es que tiene que haber un acuerdo previo entre la marca y el influencer para que, posteriormente, este creador de contenido publicite el producto o servicio, o sea un contrato. Aunque,a veces, no siempre es así.

No es la primera vez que salen a la luz conversaciones entre un influencer y una marca o restaurante en la que el creador de contenido propone a la empresa una «colaboración». Generalmente, en estos mensajes lo que el influencer propone es algo así como un intercambio «gratuito» de favores, es decir, el creador de contenido publica una serie de fotografías o imágenes en el establecimiento consumiendo un producto que la propia marca ha cedido de forma gratuita a esta persona. Y este ha sido uno de los últimos casos que ha hecho estallar a los usuarios de las redes.

Un influencer, con 30 mil seguidores en Instagram, se puso en contacto con un restaurante para proponerles una «colaboración». Desde el establecimiento, quieren saber de qué se trataría y el creador de contenido explica lo siguiente: «Podemos ir un día a comer o cenar en familia y a cambio haría stories y reels para que mis seguidores os conozcan». La respuesta del restaurante fue clara y concisa: «¿Te paso los precios de la carta?». Al ver el influencer que desde el establecimiento parecían no haberle entendido dejó más claras cuáles eran sus intenciones: «Igual no me has entendido, iríamos a comer o cenar (gratis) y a cambio yo os hago publicidad a vosotros (gratis)».