Una ardilla bajo la luz del sol. | Freepik

Los primeros signos de los patrones de crecimiento característicos de los mamíferos modernos, como el estirón de la pubertad, comenzaron a aparecer hace unos 150 millones de años.

¿Qué distingue a los mamíferos del Jurásico? Esta es la pregunta que han investigado conjuntamente investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres y de la Universidad de Bonn. Los paleontólogos han podido calcular la longevidad y las tasas de crecimiento de estos animales antiguos, e incluso cuándo alcanzaron la madurez sexual, estudiando los anillos de crecimiento en las raíces de los dientes fosilizados. El estudio se ha publicado en la revista Science Advances.

"Nunca antes hemos podido reconstruir los patrones de crecimiento de estos mamíferos primitivos con tanto detalle", afirma en un comunicado la autora principal, la Dra. Elis Newham, investigadora postdoctoral en la Universidad Queen Mary de Londres,

Para el estudio, el equipo analizó raíces de dientes fosilizadas de especies de mamíferos del Jurásico temprano al tardío (hace entre 200 y 150 millones de años) encontradas en tres yacimientos diferentes. Los fósiles encontrados en Gales corresponden a algunos de los precursores de mamíferos más antiguos conocidos del Jurásico Temprano, mientras que los fósiles encontrados en Oxfordshire, Reino Unido, corresponden a una amplia variedad de mamíferos primitivos coexistentes. Los fósiles del tercer yacimiento en Portugal datan del Jurásico Tardío.

El equipo de investigación estudió los fósiles utilizando una técnica llamada tomografía de rayos X de sincrotrón, en la que los electrones se aceleran hasta alcanzar una velocidad cercana a la de la luz (a diferencia de la obtención de imágenes con rayos X normales). La técnica ofrece varias ventajas, empezando por el hecho de que ya no es necesario preparar los fósiles, es decir, cortarlos en rodajas, para poder analizarlos enteros. Además, las imágenes obtenidas mediante tomografía de rayos X de sincrotrón son de mayor calidad que las imágenes obtenidas mediante microtomografía de rayos X convencional.

Los investigadores pudieron obtener imágenes de diminutos anillos de crecimiento en el cemento de la raíz fosilizada, el tejido óseo que une los dientes a la mandíbula. "Los anillos son similares a los de los árboles, pero a nivel microscópico", explica el profesor Thomas Martin, del grupo de trabajo Vertebrados-Mamíferos del Instituto de Biología de Organismos de la Universidad de Bonn, autor principal del estudio. "Contar los anillos y analizar su grosor y textura nos permitió reconstruir los patrones de crecimiento y la esperanza de vida de estos animales extintos".

CRECÍAN MÁS LENTAMENTE

Los investigadores determinaron que los primeros signos de los patrones de crecimiento característicos de los mamíferos modernos, como el estirón de la pubertad, comenzaron a aparecer hace unos 150 millones de años. Los mamíferos primitivos crecían mucho más lentamente pero vivían sustancialmente más que los pequeños mamíferos actuales, con una esperanza de vida de ocho a catorce años en lugar de solo uno o dos como, por ejemplo, los ratones modernos. Sin embargo, los mamíferos primitivos necesitaban años para alcanzar la madurez sexual, nuevamente en contraste con sus descendientes modernos, que alcanzan la madurez sexual en solo unos meses.

"Nuestros hallazgos sugieren que los patrones distintivos de la historia de vida de los mamíferos, caracterizados por altas tasas metabólicas y fases prolongadas de cuidado parental, por ejemplo, han evolucionado a lo largo de millones de años", explica el Dr. Elis Newham. "El período Jurásico parece haber sido un momento crucial para este cambio".