Un coche eléctrico mientras se carga. | VariousPhotography en Pixabay

El aumento de las temperaturas debido al cambio climático plantea un desafío significativo para los propietarios de coches eléctricos. Aunque estos vehículos son conocidos por su eficiencia y menores emisiones, el calor extremo puede afectar negativamente su rendimiento y longevidad. Las baterías de iones de litio, que son el corazón de los coches eléctricos, son particularmente sensibles a las variaciones de temperatura. Funcionan de manera óptima entre 15 y 25 grados Celsius, pero el calor excesivo puede disminuir su eficiencia y acelerar su degradación.

Durante olas de calor, las baterías pueden sobrecalentarse, lo que obliga al sistema del vehículo a utilizar parte de su energía para activar mecanismos de enfriamiento, como ventiladores o sistemas de refrigeración líquida. Este proceso, aunque esencial para proteger la batería, reduce la autonomía del vehículo. Estudios indican que la pérdida de autonomía puede ser de hasta un 31% en condiciones de calor extremo, afectando significativamente la distancia que un coche eléctrico puede recorrer con una sola carga.

Además, el calor intenso puede aumentar el tiempo de carga de las baterías. Los sistemas de gestión térmica de los vehículos limitan la velocidad de carga para evitar el sobrecalentamiento, lo que resulta en tiempos de espera más largos en las estaciones de carga rápida. Este efecto se agrava si el coche está expuesto al sol durante el proceso de carga, incrementando aún más el estrés térmico sobre la batería.

Para mitigar estos efectos, los fabricantes de coches eléctricos están desarrollando tecnologías avanzadas de gestión térmica. Estas incluyen sistemas de refrigeración activa y el uso de materiales más resistentes al calor. Además, los usuarios pueden adoptar prácticas como estacionar en lugares sombreados y evitar la carga rápida durante las horas más calurosas del día. El preacondicionamiento del vehículo antes de conducir, utilizando energía de la red eléctrica en lugar de la batería, también puede ayudar a mantener una temperatura operativa óptima.