El estudio muestra que «el desorden puede reducir los sentimientos de bienestar, felicidad y seguridad que una persona obtiene al estar en sus espacios personales», dice Catherine Roster, coautora del estudio y profesor de la Anderson School of Management de la Universidad de Nuevo México, Albuquerque.
Parte del origen de esto es que muchos de nosotros reconocemos que «nuestros hogares pueden estar desordenados y abarrotados porque nos sentimos abrumados y desorganizados mentalmente», dice Natalie Christine Dattilo, psicóloga clínica con sede en Boston e instructora en la Facultad de Medicina de Harvard, en declaraciones recogidas por El Cronista.
La desorganización y la productividad
La desorganización también puede disminuir la capacidad de uno para concentrarse y tomar decisiones. Otra investigación de la que Roster también fue coautora muestra que trabajar en un entorno desorganizado puede provocar rápidamente sentimientos de agotamiento.
«El desorden y la desorganización provocan una pérdida de productividad difícil de cuantificar», afirma el estudio. El mismo señala la cantidad de tiempo que las personas pierden buscando objetos perdidos, faltando a citas o atrasándose en el trabajo o la escuela debido a una vida desordenada.
«La persona promedio probablemente pierde el 5 por ciento de su tiempo debido a la desorganización», afirma. «Tome su salario anual, multiplíquelo por 5 por ciento y podrá medir lo que le puede estar costando la desorganización».
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