Tal y como ha informado, una delegación de altos funcionarios ha viajado a principios de este año de Lisboa a Londres, donde ha conocido al padre, Gerry McCann, y se ha disculpado por la forma en la que los detectives investigaron el caso y trataron a la familia.
Las autoridades portuguesas reconocen que su investigación inicial no se llevó a cabo de forma adecuada, no se dio suficiente importancia a la desaparición de menores y no se valoró la posición de sus padres como extranjeros en un entorno desconocido.
La familia no se ha pronunciado al respecto, mientras que la desaparición de su hija sigue sin resolverse desde 2007. Cuatro meses después de que la menor desapareciera, Kate y Guerry McCann fueron interrogados por los detectives, que les señalaron como sospechosos de haber organizado un secuestro y de haber ocultado el cuerpo.
Uno de los fiscales alemanes encargados del caso, Hans Christian Wolders, ha acogido con satisfacción las disculpas: "Es una buena señal. Muestra que, en Portugal, hay avances en el caso McCann", ha declarado.
El caso adquirió un nuevo rumbo en 2020, cuando la Policía alemana identificó a un ciudadano alemán, Christian Brueckner, como sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann. Este hombre, de 46 años, se encuentra ya cumpliendo condena y tiene pendiente también otro juicio por delitos sexuales perpetrados supuestamente entre 2000 y 2017. Hasta la fecha no se han presentado cargos en su contra en relación con este caso y ha negado públicamente estar involucrado en la desaparición.
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