Manuel Vicent. | R.U.

"Buen viaje Mauri. Llámame en cuanto llegues a La Habana". Con estas palabras se despedía este domingo en una emotiva columna de El País el veterano escritor Manuel Vicent de su hijo Mauricio, histórico corresponsal español en Cuba fallecido los 60 años por una crisis cardiorrespiratoria producida por un ataque de asma.

"Sé muy bien que con el tiempo todo se desvanece, pero ni el tiempo ni la muerte podrán arrebatarme nunca el amor que sentía por mi hijo y el que él me regalaba con su furiosa alegría de vivir", escribe Vicent , de 87 años, en un texto que se ha viralizado en redes sociales y ha emocionado a todo el mundo.

"Llegó la muerte sigilosamente de madrugada y con una certera puñalada se llevó al ser que más queríamos". Así comienza la columna 'Mientras viva', en la que el escritor recuerda que cuando su hijo empezó a ejercer de corresponsal en La Habana le dio algunos consejos: "Mauri, no uses adjetivos en los que podrías verte involucrado y desprotegido. El verbo es la acción con que se definen los hechos. Así lo han usado siempre los grandes periodistas. El prestigio de un corresponsal consiste en estar bien informado. Sé leal, solidario y generoso con los compañeros. Por lo demás, hazme el favor de no vivir tan deprisa".