Pareja besándose, en una imagen de recurso. | Vera Arsic

«El beso es una forma de diálogo», decía la escritora francesa George Sand en el siglo XIX. Es algo muy humano e íntimo. Restándole toda la aura mágica que los envuelve, el beso se define como tocar a alguien con los labios, en cualquier parte del cuerpo, no solo en los labios. La forma de besarse cambia según factores culturales y temporales: en el Imperio Romano cuando los ciudadanos se saludaban por la calle, lo hacían dándose un beso en la frente o incluso en los labios; en la misma época, se estilaba besarse uno su propia mano y extenderla después a otra persona o alguna figura, en señal de admiración o respeto. Para lo mismo, los musulmanes besaban el hombro de a quien pretendían honrar.

Besar, además de aportar amor y cariño a una situación, comporta numerosos beneficios, tanto para el estado emocional como para la propia salud física. Estos son algunos de los principales puntos a favor de los besos para nuestro propio organismo:

Beneficios para la salud

1. Más felicidad: besarse aumenta los niveles de endorfinas, hormonas que alivian el dolor y dan sensación de placer. También incrementa la segregación de oxitocina, otra de las conocidas como las «hormonas de la felicidad», de vital importancia en el enamoramiento, el embarazo o el amamantamiento y relacionada con propiciar momentos de amor y cariño. Además, se reducen los niveles de cortisol, la hormona del estrés.

2. Aumenta las defensas: por extraño que parezca, besarse fortalece las defensas inmunológicas. Diversos estudios científicos apuntan que, al besarse, se intercambian millones de bacterias, lo que ayuda al organismo a reforzar el sistema inmune.

3. Menos arrugas: al besarse se activan cerca de una treintena de músculos faciales, que, si se ejercitan con frecuencia, ayudan a mantener una piel con menos arrugas y a contrarrestar el envejecimiento cutáneo.

4. Queman calorías: un beso de unos tres minutos quema unas 12 calorías.

5. Previene la caries: los besos estimulan la producción de saliva. Una mayor cantidad de saliva ayuda a combatir la placa bacteriana, principal causa de la caries.