Un reciente estudio científico ha demostrado que las personas que se han operado de cataratas vivían más y además la felicidad de la persona aumentaba. Una de las razones de ello, es que esta operación consigue evitar numerosas caídas en edades tan avanzadas además de facilitar la comprensión de escritos e imágenes tanto digitales como en papel.
Así pues, todo el que se somete a una cirugía de cataratas puede evitar a la larga grandes y graves accidentes que pueden causar la mala visión así como problemas y enfermedades oculares permitiendo alargar la vida. Entre las enfermedades que pueden evitarse, destaca el cáncer y la trombosis, sobre todo en personas con malos hábitos como los adictos al alcohol o tabaco, los que padecen obesidad, etc.
Al leer este artículo muchos pensarán que este tipo de enfermedades no tienen nada que ver con los problemas de visión y que, por tanto, es imposible que quien esté operado de cataratas evite enfermedades que están relacionados con otros órganos del cuerpo. Sin embargo, existe una explicación a ello.
Las personas que padecen cataratas cuentan con una visión muy reducida que no ha aparecido en los últimos meses o años, sino que ha ido disminuyendo a lo largo de su vida por numerosas razones. Sin embargo, ellos se acostumbran a ver así de mal y muchas veces no piensan que con una operación sencilla, de tan solo cinco minutos, pueden volver a recuperar años de visión.
Los que optan por rejuvenecer su visión con esta cirugía, al día siguiente pueden realizar numerosas funciones que antes se veían incapaces de hacer. Por ejemplo, se ven con más facilidad para salir a hacer ejercicio, ir al médico o realizar otras actividades sociales, por lo que problemas como la obesidad y otros malos hábitos pueden verse reducidos o evitados. Además, estas personas pueden volver a vivir más y mejor los eventos nocturnos o las festividades como la Navidad, ya que volverán a disfrutar de los juegos de luces y dejar de vislumbrar manchas borrosas de colores que evitan apreciar lo bonito de la noche o de la fiesta.
La cirugía de cataratas también evita o reduce la depresión
Además de evitar este tipo de enfermedades físicas, las personas que se operan de cataratas ponen fin a la depresión, si antes la padecían, o evitan que aparezca. Muchas personas con pérdida de visión se sienten deprimidas inconscientemente porque el no poder ver bien las cosas hace que pierdan el interés por salir a la calle a relacionarse, a hacer ejercicio o realizar otras actividades sociales, y, por tanto, optan por quedarse en casa sentados.
Así pues, los que se han decidido por someterse a este tipo de cirugía, han abandonado problemas de depresión porque se han sentido muy bien con ellos mismos y muy activos para salir a ver mundo.
Las operaciones de cataratas, aunque resultan indispensables para volver a instaurar vida activa en personas mayores, también acarrean algunos pequeños inconvenientes, aunque éstos son fáciles de evitar. Son muchos los que tras esta cirugía han vuelto a verse en el espejo tal y como son y se han detectado muchas arrugas que, antes de operarse, no se apreciaban por la disminución de la vista. Al verse más arrugados y viejos optan por eliminar estos defectos mediante cirugías estéticas.
A muchas personas no les importará someterse a este tipo de operación e incluso los familiares pueden verlo positivo, pero lo cierto es que resulta innecesario pasar una cirugía estética solo por ver unas cuantas arrugas en la piel, que antes también estaban y que son muy normales entre personas de edad avanzada.
¿Cuándo hay que operarse?
La cirugía de cataratas es recomendable cuando la persona empiece a sentir una pérdida de su calidad de vida. Aunque antiguamente este tipo de operación solo se llevaba a cabo cuando las cataratas ya estaban en una fase muy avanzada, hoy en día no es necesario esperar a que el problema se desarrolle demasiado.
¿Cómo es la cirugía?
Además, con la evolución de las tecnologías, la sociedad y la medicina también ha avanzado mucho y las técnicas para esta operación resultan muy simples. La cirugía suele realizarse con láser, para penetrar en el interior del ojo y destruir la catarata, que es el que obstaculiza la visión. Este proceso de intervención no dura más de cinco minutos y no es común que se sienta dolor. Sin embargo, como toda intervención quirúrgica, se necesitará un pequeño reposo tras la cirugía, que no abarcará más de uno o dos días, siempre y cuando se sigan las instrucciones que recomienda el especialista, con el fin de que la recuperación sea relámpago.
Tan solo en algunos casos se ha necesitado operar, llegando a inyectar anestesia y coser con puntos, pero estos pacientes quizá sean los que padezcan unas cataratas más desarrolladas y por tanto difíciles de destruir en un simple paso.