Garantizar que los alimentos sean seguros es clave para evitar las enfermedades que se transmiten a través de ellos, ya que los alimentos insalubres plantean amenazas para la salud a escala mundial y ponen en peligro la vida de las personas.Existen grupos de población más vulnerables a sufrir intoxicaciones e infecciones alimentarias porque tienen el sistema inmunitario más debilitado, por ejemplo los lactantes, los niños pequeños, las embarazadas, las personas con déficits nutricionales, las personas mayores y las personas con enfermedades subyacentes.

La falta de higiene al manipular los utensilios y las superficies, la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocinados y el consumo de alimentos crudos o expuestos durante mucho tiempo a temperatura ambiente aumentan el riesgo de proliferación de microorganismos y, por lo tanto, de sufrir una enfermedad de transmisión alimentaria.

Las enfermedades transmitidas por los alimentos o toxiinfecciones alimentarias son aquellas que se producen al ingerir alimentos contaminados por bacterias y hongos y las toxinas que estos producen, así como por virus o parásitos.

Estos diez consejos para evitar toxiinfecciones alimentarias vienen de la mano de las profesoras de la UOC Sheila Lope Rodríguez, Cristina Bedmar Carretero y Pilar Orús Pérez.

1. Seguir las cuatro normas básicas de la seguridad alimentaria: limpiar, separar, cocer y enfriar.

2. Lavarse muy bien las manos, especialmente después de ir al baño, estornudar, sonarse, manipular ingredientes crudos o tocar animales domésticos. Para garantizar un buen lavado de manos nos las debemos enjabonar durante al menos 20 segundos.

3. Limpiar con frecuencia los utensilios y equipos de cocina. Los trapos y otros utensilios de cocina pueden esparcir los microorganismos y contaminar los alimentos. Por ello es importante limpiar las superficies y los utensilios de cocina antes de usarlos y, especialmente, después de manipular alimentos crudos como carne, pescado, huevos, pollo, etc.

4. Utilizar agua y materias primas seguras. Hay que tener cuidado a la hora de seleccionar los productos crudos y tomar medidas de prevención como limpiarlos y pelarlos para reducir o eliminar los peligros.

5. Mantener los alimentos a una temperatura segura. Los alimentos que no se vayan a consumir inmediatamente deben introducirse en el refrigerador o congelador tan pronto como sea posible y siempre dentro de las dos horas posteriores a su elaboración. Se recomienda no preparar grandes cantidades de alimentos con mucha antelación a su consumo.

6. Consumir los alimentos conservados en la nevera (4 °C) en un plazo máximo de dos a cuatro días. Para conservarlos durante más tiempo, deben congelarse.

7. Separar los alimentos crudos de los cocinados. Es muy importante no utilizar los mismos utensilios al manipular los alimentos crudos y los alimentos cocinados para evitar la contaminación cruzada. Dentro de la nevera, los alimentos crudos y los cocinados se tienen que conservar en espacios diferenciados y en recipientes tapados.

8. No descongelar los alimentos a temperatura ambiente. Durante la descongelación de los alimentos se puede volver a iniciar el crecimiento de microorganismos patógenos. Por eso los alimentos deben descongelarse a una temperatura controlada, ya sea dentro de la nevera o en el microondas, justo antes de elaborarlos.

9. Cocinar los alimentos a una temperatura superior a 63 °C. En caso de consumir alimentos crudos, por ejemplo pescado, es recomendable congelarlo durante al menos 24 horas antes de ingerirlo. Además, es importante prepararlo con la mínima antelación posible a su consumo.

10. Utilizar huevos que tengan la cáscara limpia e íntegra. Nunca se deben lavar los huevos antes de usarlos y siempre se debe evitar romperlos sobre la misma superficie donde se servirán.