La presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, la doctora Marina Díaz Marsá, ha señalado la «alarmantemente alta» comorbilidad entre la depresión y los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), y es que un 50 por ciento de los pacientes con anorexia nerviosa y un 79 por ciento de los que tienen bulimia nerviosa han presentado depresión mayor.
«La asociación entre depresión y trastornos alimentarios es alarmantemente alta. Estudios recientes indican que hasta el 93% de las personas con TCA presentan trastornos afectivos, incluyendo la depresión», ha afirmado Marsá, también jefa de la Unidad de Trastornos de TCA del Hospital Clínico San Carlos.
Además, otros estudios han notificado que el 88 por ciento de los pacientes con TCA, especialmente aquellos con bulimia o anorexia nerviosa, tendrán un diagnóstico de depresión mayor en algún momento de su vida.
«Es fundamental entender que la depresión y los TCA son dos caras de una misma moneda en muchos casos. Esto nos obliga a tratar ambas condiciones de manera simultánea, con un enfoque integral que abarque tanto la salud mental como la nutricional», ha afirmado Marsá en el marco del Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, que se celebra este lunes.
Tras ello, ha recalcado que el trastorno depresivo mayor es una de las comorbilidades más peligrosas, pues «incrementa el riesgo de suicidio, disminuye la ingesta y produce un síndrome de rechazo generalizado», y ha instado a identificar los trastornos depresivos graves en estos pacientes para evitar el intento de suicidio.
La doctora ha explicado que la relación entre este tipo de trastornos es bidireccional, y es que la depresión puede predisponer a desarrollar un trastorno alimentario, mientras que los TCA también pueden conducir a estados depresivos por la desnutrición, el aislamiento social o la baja autoestima asociados.
Por otro lado, el jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos y presidente de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid, el doctor José Luis Carrasco, ha hablado sobre la comorbilidad entre el trastorno límite de la personalidad y la depresión, anotando que un 83 por ciento de los pacientes con este trastorno presenta depresión en algún momento de su vida, y expresando que el 96 por ciento de los mismos tiene algún tipo de trastorno del estado de ánimo.
«La coexistencia entre el trastorno límite de la personalidad (TLP) y trastornos afectivos, principalmente la depresión, incrementa el riesgo de conductas autolesivas y suicidas, y requiere un abordaje terapéutico integral. Uno de los mayores desafíos al tratar pacientes con TLP y depresión es abordar la inestabilidad emocional crónica que acompaña a estos cuadros. Esto requiere equipos multidisciplinarios que trabajen conjuntamente para mejorar los pronósticos a largo plazo», ha manifestado Carrasco, también Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid.
La depresión, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a 280 millones de personas en el mundo (2,1 millones de personas mayores de 15 años en España), y es una de las principales causas de discapacidad, afectando «significativamente» a la calidad de vida de quienes la padecen, razón por la que la detección temprana y el acceso a tratamientos adecuados es «fundamental» para abordarla.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.