Una mujer dibujando un corazón. | congerdesign en Pixabay

El cardiólogo Valentín Fuster, director general del Instituto Cardiovascular del Mount Sinai Fuster Heart Hospital de Nueva York, y del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de Madrid, recomienda en una entrevista con Europa Press Salud que para cuidar del corazón, para que éste funcione, se debe utilizar el cerebro.

«Para que el corazón funcione, utiliza tu cerebro. Para saber cómo controlar la salud y dentro de ésta, cómo cuidar el corazón, la repuesta es que es una decisión del cerebro. Es decir, muchas veces, los periodistas me preguntan la fórmula para cuidarme y para que el corazón no falle, y la contestación es clara, el cerebro», subraya este cardiólogo.

Tal y como justifica, «todo el mundo sabe qué es lo que daña el corazón», citando al tabaquismo, al colesterol elevado, a la obesidad, a la falta de ejercicio, y a la hipertensión arterial fundamentalmente. «Pero cada uno toma la decisión de si la salud es una prioridad o no en su vida», insiste Fuster.

Preguntado sobre si la salud de nuestro cerebro, la salud mental, afecta al cerebro, advierte de que «los mismos factores de riesgo que empiezan a afectar al corazón y a las arterias también lo hacen al cerebro de forma temprana», si bien matiza que «las manifestaciones de una hipertensión arterial, o de un colesterol o de una diabetes no cuidada, también afectan al cerebro, aunque »mucho más tarde«. »Los mismos factores de riesgo de la enfermedad cardiaca afectan al cerebro, y si cuidamos al cerebro, si cuidamos esos factores de riesgo, también lo haremos para la enfermedad cardíaca", destaca.

LA SALUD CARDIOVASCULAR, PRIMERA CAUSA DE MUERTE

Por otro lado, este experto internacional pone de relieve una paradoja sobre la que se muestra preocupado y es que, tal y como indica, "la mortalidad cardiovascular está aumentando desde 2012, al mismo tiempo que lo hace la tecnología.

«Me pregunto cómo es posible el hecho de que, con tantos avances tecnológicos, la mortalidad cardiovascular esté aumentando. La respuesta es que a pesar de la tecnología, el mundo del consumo es más potente que lo que podamos prevenir con o sin tecnología», subraya.

A su juicio, ante este escenario, es fundamental insistir en la educación de los niños, en sentar unas bases de hábitos y de un estilo de vida saludable desde las escuelas cuando son pequeños. «Los niños son el grupo más importante con el que impulsar la educación de una vida saludable», mantiene Valentín Fuster.

De hecho, en el libro comenta que después de tanto saños dedicado a la investigación de las enfermedades cardiovasculares, «el infarto de miocardio que se padece de adultos se empieza a gestar desde la infancia», con esa instauración de unos hábitos saludables que permanecerán en el adulto.

«El infarto realmente empieza a gestarse a los 30 años, pero hasta entonces tenemos un periodo fundamental para la educación. Realmente, la enfermedad en sí misma, de manera no aparente, empieza a los 30 años, y luego el infarto viene a los 50-60 años. Es decir, lo importante es que hay una edad muy fértil, que son los primeros años de la vida, donde tenemos la oportunidad de tener el impacto en esa vida saludable para cuidar del corazón», resalta.

HERRAMIENTAS PARA CUIDAR DE NUESTRO CORAZÓN

Al hilo del consejo inicial de utilizar el cerebro para cuidar del corazón el doctor Fuster menciona que es necesario fijarse en cuáles son los factores de riesgo cardiovascular, y por los que hay que cuidarse, desde una temprana edad: «Físicos, la obesidad y la presión arterial; después, dos son químicos, el colesterol elevado y la diabetes; mientras que tres son de conducta, el fumar, el no hacer ejercicio, y el comer mal, aparte de la obesidad; seguido de dormir poco o dormir intermitentemente».

La población debe saber que si no existen estos factores la posibilidad de tener un infarto cerebral o de miocardio a una edad temprana es muy raro, según revela el cardiólogo. «Una vez esto se sabe, lo importante es decidir si te cuidas o no», afirma.

¿EL CORAZÓN ES EL ÓRGANO MÁS IMPORTANTE DEL CUERPO?

Este investigador español de renombre internacional precisamente acaba de publicar 'Siempre adelante' (Libros Cúpula), motivo por el que nos concede esta entrevista a Europa Press Salud. En este manual reseña la importancia de este órgano que «no responde a una simple musculatura que se limita a contraerse», sino que responde a «una obra maestra de la ingeniería».

«El cerebro y el corazón son importantes, pero hay una diferencia: el cerebro no se mueve, pero el corazón sí. En cierta manera, el corazón es complejo y es muy interesante una pregunta que no sabemos contestar, 'cómo es posible que un corazón que cada segundo late pueda durar tantos años'», advierte.

Admite así el doctor Fuster que a pesar de ser cardiólogo y de llevar más de 50 años estudiando a este órgano, actualmente sigue sin poder resolver esta cuestión: «Considero que el corazón es un órgano extraordinariamente extraordinario. Es perfecto. El cerebro también es perfecto, pero sabemos menos, el cerebro nos da lugar al pensamiento y al habla, pero el corazón cómo se mueve y cómo se puede haber llegado a este estado de tantos años latiendo y que no se deteriore, excepto cuando lo deterioramos nosotros con nuestra conducta, con nuestro estilo de vida; es una pregunta que no podemos contestar».

Es más, sostiene este investigador español que una de las principales cuestiones todavía pendientes de dilucidar es que, a pesar de carecer esa capacidad de regenerarse cuando hay daño, como sí la tienen otros órganos, el corazón sigue siendo perfecto y late y durante mucho tiempo. «Esto también es parte de la perfección. El corazón falla como todo, pero lo importante es que funciona durante muchísimos años funciona de una manera perfecta», añade.