Con las elevadísimas temperaturas que está sufriendo nuestro país en los últimos días con las sucesivas olas de calor, pasar el día en la playa, la piscina, un pantano o un río o en la montaña puede ayudar a soportar mejor las horas más cálidas.

Pero ello no implica comer poco saludable. Para ello, Oihane Fuertes, nutricionista del Hospital Quirónsalud Vitoria, ofrece una serie de recomendaciones para preparar un menú equilibrado y nutritivo que acompañe estos momentos de ocio.

«Hoy en día existen platos    que se pueden preparar fácilmente y que son tanto saludables como sabrosos», explica la especialista, quien subraya la importancia de incluir todos los macronutrientes esenciales en la comida: carbohidratos para proporcionar energía, proteínas para fortalecer el músculo y grasas saludables para un efecto saciante. Para planes en el agua, es crucial evitar alimentos con altos contenidos de carbohidratos de rápida absorción, como las patatas fritas. En su lugar, una buena opción sería llevar una ensalada compuesta de:

1. Base de hojas: lechuga, espinacas, canónigos, rúcula, brotes, endivias. Otros vegetales: tomate, cebolla, pimiento, zanahoria, calabacín, pepino, espárragos, champiñones. Fruta de temporada: melocotón, paraguayo, cerezas, piña, mango, melón, sandía, frambuesas.

2. Proteína de calidad: garbanzos, edamame, huevo cocido, queso, pavo, salmón ahumado, atún de lata, langostinos cocidos. Cereales/tubérculos: patata, boniato, arroz integral, quinoa, picatostes de pan integral, pasta integral.

3. Grasas saludables: aceite de oliva, aceitunas, aguacate, semillas, frutos secos. Extras: hierbas frescas, especias, salsa de soja, vinagretas, tomate seco.

El orden en el que se colocan estos alimentos en el tupper también es relevante para conservar mejor la ensalada: «El aliño debe ir primero, seguido por vegetales de mayor densidad, alimentos proteicos, hidratos de carbono, vegetales de hoja verde y, finalmente, las semillas», explica la nutricionista.

Para los niños

Cuando se trata de niños, la clave es ofrecerles una comida rica, saludable y cómoda. Un bocadillo de pan integral con tortilla francesa, medio aguacate untado y 3-4 rodajas de tomate es una opción excelente.

Y para el postre, «un yogur con frambuesas es nutritivo y saciante».

Oihane Fuertes destaca la importancia de que los niños se acostumbren progresivamente a los sabores naturales de los alimentos para evitar rechazos.

Hidratación, fundamental

Para aquellos que practican deporte en verano, la hidratación es fundamental. Se debe beber agua antes, durante y después de la actividad física para evitar la deshidratación, que puede afectar el rendimiento y la coordinación: «cuando hacemos deporte debemos tratar de no tener una sensación excesiva de sed, ya que se trata de una alarma interna del organismo para avisarnos de que existe una deshidratación, lo que va a conllevar a una disminución del rendimiento deportivo», indica la especialista.

Además, destaca que se debe beber agua en tragos pequeños y no muy fría para evitar el choque térmico. Antes de hacer ejercicio, la nutricionista recomienda consumir alimentos ricos en carbohidratos como plátano o yogur con copos de avena, ya que proporcionarán la energía necesaria.

Después del ejercicio, una ingesta rica en proteínas y carbohidratos: «un bocadillo de jamón serrano o un trozo de tortilla de patata son un buen ejemplo para ayudarno s en la recuperación muscular», explica.

Al regresar a casa, Fuertes recomienda optar por «comidas sencillas y nutritivas que no supongan mucho esfuerzo culinario, pero que aporten proteína para mejorar la recuperación del músculo y así poder tener un mejor descanso».

Un revuelto de champiñones o pechugas de pollo a la plancha con salsa de tomate natural, acompañado de una fruta e infusión de postre, son opciones ideales para una cena ligera y saludable.