La primera que menciona Rojas es «haber trabajado demasiado», haber dedicado excesivo tiempo a la actividad profesional. El profesional continúa con el hecho de «haberle dado a muchas cosas de la vida una importancia que realmente no merecía la pena».
«No haber sabido disfrutar de la vida», es la tercera. Esta respondería a las anteriores, pues él indica que la vida es un arte entre amor, cultura, trabajo, aficiones. «No haber sabido ser uno mismo, sino haber hecho lo que los demás querían que hiciéramos», no tener la capacidad, el oficio, el arte de hacerlo propio.
Un dato muy interesante que resalta Rojas es «no haber sabido tener respuesta a los grandes interrogantes de la vida» y en consecuencia no haber tenido un fondo espiritual, que él asegura que es una carta escondida que nos brinda respuesta a esas grandes preguntas que habitan en nuestras profundidades.
Por último, menciona el «no haberse ocupado suficientemente de la familia». Pues la familia «es parte fundamental de la vida humana», y menciona la figura del padre ausente como ese ejemplo de que en un sistema familiar todos los individuos dependen de sí mismo y del resto.
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