Desarticulada una organización criminal dedicada al envío de droga oculta en botes de chicles y paquetes de galletas. | Policía Nacional

La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal dedicada a la producción y el envío de droga oculta en botes de chicles y paquetes de galletas, en una operación en la que han sido detenidas diez personas y se han intervenido más de 24.000 pastillas de MDMA, un kilogramo de éxtasis en polvo y una máquina 'entabletadora'.

La red distribuía la sustancia a nivel nacional mediante la venta directa y a nivel internacional a países como Venezuela, Argentina o Estados Unidos a través de empresas de mensajería, para lo que utilizaban identidades ficticias, según informa la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

A finales de noviembre, los agentes realizaron entradas y registros en tres domicilios en los distritos madrileños de Puente de Vallecas y Villaverde en los que también hallaron más de 800 gramos de tusi, más de 100 gramos de cocaína, 26 gramos de ketamina, 44 gramos de marihuana además de dos armas de fuego y munición, dos motocicletas, un reloj de alta gama y numerosa documentación.
Por todo ello los agentes procedieron a la detención de diez personas -ocho hombres y dos mujeres, todos de nacionalidad venezolana- entre los que se encontraba el líder del grupo.

A todos se les investiga por delitos de pertenencia a organización criminal y contra la salud pública. Ocho de ellos ya han ingresado en prisión.

De Holanda a Madrid con un máquina prensadora de China

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La investigación comenzó el pasado mes de mayo de 2024 después de que la Policía tuviera constancia de la existencia del grupo criminal al interceptar uno de los envíos con destino a Venezuela, en los que observaron por primera vez el método para almacenar la droga en los botes de chicles.

Los agentes constataron que los miembros de la organización compraban la sustancia fundamental en polvo, que venía importado desde Holanda, y la convertían en pastillas a través de una prensa o 'entabletadora' que habían obtenido procedente de China.

Muchos de los integrantes de la red, que almacenaban la droga en sus propios domicilios, enmascaraban su actividad criminal con trabajos de repartidor o 'rider', con los que también realizaban pequeñas entregas de droga en formato de menudeo.

Para disimular los envíos de pastillas al extranjero, el grupo criminal calentaba botes de chicles para quitar la anilla sin llegar a romper el precinto, los llenaban hasta arriba de MDMA y los volvían a enfriar para que volviera a su tamaño original.

Así lograban que estos paquetes, que lucían perfectamente sellados después de un trabajo con materiales termofusibles, tuvieran la apariencia de no haber sido manipulados. También utilizaban bolsas de golosinas, galletas y cereales.