Emmanuel Macron y Brigitte Macron en la inauguración de la restaurada Catedral de Notre Dame. | Europa Press - Gao Jing

El Ministerio de Cultura ha culpado a Exteriores de la ausencia de representación española en la reapertura de Notre Dame al subrayar que no fija la política exterior, mientras que en el Ministerio de José Manuel Albares han asegurado que las invitaciones cursadas a Ernest Urtasun y a los reyes «eran intransferibles».

Tanto Urtasun, que adujo su agenda familiar para no acudir a la ceremonia que tuvo lugar el sábado en la catedral de París, como los reyes, declinaron la invitación y, por tanto, fuentes de Exteriores han señalado a EFE que si no iban ellos «no podía ir nadie en su lugar». En este punto es preciso destacar que el ministro de Cultura declinó la invitación y que en la agenda del gobierno pone que Urtasun asistió a la función «Circlassica», del circo mundial en el recinto Ifema de Madrid, a la misma hora que se celebraba la ceremonia en la catedral de París.

No era una invitación al Gobierno sino a unas personas concretas y desde Exteriores han insistido en que no se recibió ninguna consulta «sobre estas invitaciones ni sobre su denegación».

Fuentes de Cultura han explicado que Urtasun se limitó a excusar su ausencia, pero creen que alguien debería haber acudido a la misa solemne en representación de España, argumentando que la presencia internacional del país no depende de este ministerio.

En cuanto a los reyes Felipe VI y Letizia, su presencia no estaba prevista en la agenda semanal de actos oficiales y desde Francia se informó de que habían rehusado asistir.

Los partidos de la derecha han sido muy críticos con la falta de representación española, empezando por el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien lo consideró ayer «una vergüenza» para España y criticó que de nuevo el Ejecutivo no estuviera «a la altura de la sociedad a la que debe servir».

El coordinador general del PP, Elías Bendodo, ha vuelto este lunes a cargar contra el Ejecutivo por este motivo al calificarlo de «preocupante» y censurar su «dejadez».

Mientras que el portavoz de Vox, José Antonio Fuster, ha denunciado la «cristianofobia alarmante» del Gobierno de Pedro Sánchez y ha subrayado que el cristianismo es esencial en la identidad occidental.