En el debate político reflejado en la cámara baja Albares mostró el delicado momento por el que transita la diplomacia española e internacional en general. Toda la izquierda fuera del PSOE, buena parte de la mayoría de gobierno que ha aupado a Pedro Sánchez hasta la presidencia, muestra su rechazo a una eventual actuación militar. Ello provoca una división en los bloques que acostumbran a alinearse, por un lado los socios de la coalición en el Gobierno y de otro el PP y Vox. Quién asume qué papel en el Congreso en la actual coyuntura marcada por la incertidumbre en el plano internacional.
La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, guarda silencio por ahora. Esta noche en prime time concede una entrevista en el principal espacio radiofónico de la radio española donde eso podría cambiar. En todo caso miembros de la formación morada ponen paños tras declaraciones que se pueden considerar contundentes. Es el caso del presidente de su grupo parlamentario en el Congreso, Jaume Asens, que aunque ha reconocido que el espacio confederal fue «crítico» ante la «sobreactuación» del PSOE respecto a los medios militares a desplegar en la misión de la OTAN, prefiere «centrar el foco» en la desescalada en lugar del envío de fragatas.
Este miércoles el portavoz nacional del PP, José Luis Martínez-Almeida, ha pedido a Sánchez que coja «el toro por los cuernos» y se dirija a los españoles desde el Congreso de los Diputados para informar de la posición de España ante el conflicto de Ucrania. Según el también popular Fernando López Miras toda persona sensata parte del 'No a la guerra'. Sin embargo el presidente murciano recalcó anoche en la Ser que este es un asunto de estado, que España debe apoyar a sus aliados europeos y se felicitó porque los políticos sean «capaces de ponerse de acuerdo», dijo, «en las cosas importantes». Sus palabras son parte de la estrategia nacional: un apoyo sin matices en el fondo de la decisión del Gobierno, que por ahora es la decisión de Pedro Sánchez. Sin embargo también ellos le afean su escasa influencia internacional al ser descartado de la videoconferencia que Joe Biden compartió con algunos líderes mundiales. Y eso que Sánchez se encontraba el pasado sábado afanado en su despacho, con conversaciones telefónicas desde el fijo y su cartera de presidente en un lugar central de la imagen compartida por la propia Presidencia en redes sociales.
Es lo que une a la derecha. Tanto el PP, como Vox y Ciudadanos alertaron a Albares en el Congreso de que la falta de unidad de PSOE y Unidas Podemos colocan a España como un socio no creíble en el tablero internacional, algo especialmente peligroso en los momentos que vivimos. La portavoz de Exteriores del PP, Valentina Martínez, no ve de recibo que no fuera Sánchez quien se presentara ante los representantes de los españoles a dar explicaciones, ni que no informe privilegiadamente de la situación al jefe de la oposición, Pablo Casado, pese a que este le ha trasladado su apoyo desde el principio. Mucho más que sus propios socios.
Para Iván Espinosa de los Monteros (Vox) el problema radica en que España no puede seguir siendo dirigida por «el Gobierno de las mil caras», haciendo hincapié en las «voces contradictorias ante este asunto» que emanan de la coalición en el Gobierno. Asimismo el diputado de Vox ha censurado al ejecutivo progresista por embarcarse en una operación sin haber pedido autorización previa al Congreso sólo para evitar el rechazo de sus socios, al tiempo que le ha reclamado que exija a los países aliados de la OTAN el mismo compromiso con España cuando ésta vea atacadas sus fronteras. «El chantaje de Rusia no es muy distinto del que pretende Marruecos con Ceuta, Melilla o Canarias», ha apostillado.
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